Triunfazo del sindicalismo de clase

Gran derrota del frente de fuerzas propatronales


Cuando pasadas las 21 horas, los cientos de fiscales naranja informaban el resultado de las mesas que custodiaban, la alegría y el alivio invadieron los pasillos de hospitales, de las escuelas, las barreras de los controles fitosanitarios, las oficinas de los controladores aéreos, los talleres de la empresa de troles. Festejaron los guardiaparques de turno, los trabajadores de las municipalidades, de los casinos estatales y del zoológico, también de los estatales de organismos nacionales, de Casa de Gobierno, de todos los ministerios y dependencias del gobierno provincial.


 


¡Ganaron los compañeros! Fue la exclamación que retumbó en cada rincón donde un trabajador estatal encontraba a otro, para dolor de cabeza de todo el arco patronal y su aparato estatal.


 


ATE en acción, la Lista Naranja ratificó una dirección combativa e independiente, con el 57%, bien atrás la Verde-Blanca con el 32,7% (kirchnerista) y la Verde degennarista con el 10,3%.


 


Se recuperaron importantes sectores y la seccional Alvear. También se ganaron todas las seccionales que ya eran naranjas. Mención especial merece la elección de la seccional Malargüe que, con el 88% de los votos, aplastó a la lista Verde-Blanca de la reacción. Esta seccional se puso en pie a partir del proceso de recomposición de los trabajadores que, de la contraprestación de planes Trabajar, lucharon y ganaron el pase a convenio. La Naranja movilizó más de 500 compañeros en toda la provincia. Fue inmensa la victoria en el CDP (Cran Mendoza), la seccional que agrupa a 7.700 afiliados de los 14.000 del conjunto del gremio.


 


También es destacable el debut de la Naranja de San Rafael y Lavalle, seccionales que se perdieron, en algunas áreas de salud y los bastiones naranja: el hospital Lagomaggiore, Central y Notti.


 


La campaña, una escuela de lucha política


 


La campaña tomó una alta relevancia por la importancia que le dieron los medios masivos de comunicación a esta elección. Con una fuerte ofensiva contra Raquel Blas y su militancia en el PO pretendían favorecer a la lista Verde-Blanca del kichnerismo, que en Mendoza logró unificar a una parte de la UCR. Es decir que el gobierno que se va y el que viene coincidieron en aunar fuerzas para desplazar a la Naranja de la dirección de ATE.


 


La Naranja militó en soledad, con el solo apoyo político, material y físico de la militancia del PO, contra todo el arco patronal. Enfrentó las listas armadas por funcionarios provinciales, apeló a una movilización política para defender al gremio como herramienta de combate por las reivindicaciones de los trabajadores contra el ajuste en curso. La austeridad de los materiales naranja, propia de una agrupación bancada por el aporte de los trabajadores, contrastaba con la millonaria campaña del frente único patronal verde-blanco con publicidad televisiva y radial.


Mientras la Naranja conquistaba votos con la explicación paciente de mantener un gremio para enfrentar el ajuste e iba recogiendo un mandato, la Verde-Blanca se dirigía a los trabajadores desde los medios masivos de comunicación, pidiendo un cheque en blanco.


 


Primer balance 


 


Para las patronales, ATE es una cuestión de Estado por eso se jugaron a fondo para que la Naranja fuera derrotada. Apelaron al macartismo más rancio, sólo comparable con el de los milicos. Lo único que logró fue el fortalecimiento de las filas del PO entre los estatales.


 


La compañera Raquel Blas encabezó nuestra lista en las Paso, con los resultados desfavorables conocidos, y también este triunfazo. Esto marca una contradicción en el proceso político que se resolverá en la arena de la lucha de clases del próximo período, poniendo a prueba las perspectivas políticas del Frente de Izquierda en el movimiento obrero y en la provincia, de acuerdo con la conducta de cada organización política que lo compone.


 


El PTS se abstuvo ya no de intervenir, sino siquiera de pronunciarse ante tamaña batalla de clase, lo cual es absolutamente negativo y debe ser clarificado ante la vanguardia obrera.


 


Triunfó el método de la democracia sindical, de la acción directa y la organización independiente, también triunfó el planteo de la independencia política frente a la patronal y su Estado para enfrentar el ajuste en curso. Esto abre un formidable proceso clasista al interior de la vanguardia luchadora de este gran sindicato que es ATE-Mendoza. El desafío es que ATE sea una referencia política para todo el movimiento obrero de Mendoza contra el ajuste y por la independencia política de la clase obrera de los Vila, los Terranova y los Pescarmona.