Con más del 70% de los votos, la lista Roja se impuso en las elecciones de Junta Interna de ATE del Hospital Garrahan, que se realizaron el 14 y 16 de diciembre. Así, lxs 30 delegadxs corresponden al histórico frente, que incluye agrupaciones de izquierda e independientes. Alejandro Lipcovich es el nuevo secretario general, mientras Gerardo “Pino” Oroz ocupará el puesto de secretario adjunto.

La lista derrotada fue la Blanca, Negra y Verde, ligada a la conducción nacional de ATE (Aguiar). Su “padrino” es Luciano Fernández, exdirigente de la Verde y Blanca que se pasó a la Verde y obtuvo así el rol de firmante de las paritarias. Estos acuerdos con el Estado patrón pintan de cuerpo entero a la burocracia que controla ATE, ya que no solo ofrendaron a “su” desastroso gobierno (el de Fernández) todas las paritarias a la baja, sino que con su último “gancho” le entregaron en bandeja el salario a la licuadora de Milei. Los estatales cobraremos una actualización de apenas el 9% en enero, un recorte tremendo que fue ofrendado por ATE y UPCN en las vísperas de la megadevaluación, cuando Alberto Fernández ya estaba empacando sus cosas.

Este fue un tema central en el debate de la elección. Sucede que la lista Roja puede reivindicar una trayectoria integral de independencia respecto del poder de turno. La experiencia concreta confirmó que es un requisito básico para impulsar cualquier reclamo, desde los más generales hasta los más cotidianos. En contraposición con esto, la Verde de ATE contó con el voto de una consejera saliente, es decir, de una funcionaria política designada a dedo como máxima autoridad del hospital. A pesar de que se irriten cuando se lo señalamos: son la patronal, pues de sus decisiones dependen las condiciones de trabajo y salariales de miles de trabajadoras y trabajadores.

¿Cómo un sindicato podría aceptar en sus filas a los funcionarios que llegaron a descontar salario como represalia por los paros que realizaron enfermeras ultraexplotadas -en reclamo del descanso elemental de 12 horas entre jornadas? El escándalo que se armó por el voto de esta funcionaria gubernamental cuya afiliación aceptó ATE pinta de cuerpo entero a la burocracia Verde, que en su integración al Estado avanzó enormes pasos en su burocratización.

El triunfo de la Roja excede los resultados entre afiliadas y afiliados (178 a 75). Sucede que la conformación de la lista se dio siguiendo un método histórico, según el cual las asambleas de cada turno decidieron el orden de la Roja. En esa oportunidad, casi 400 compañeras y compañeros fueron parte.

Esta victoria, además, continúa una experiencia de varias generaciones de activistas, muchos de los cuales construyeron durante dos décadas la interna y la lista, habiendo protagonizado hitos imborrables como la gran huelga de 2005 por el salario equivalente a la canasta familiar. Algunos y algunas siguen formando parte de la lista, y otros la impulsaron activamente en la campaña aún sin integrarla. La agrupación Naranja, que se comprometió significativamente con el desarrollo de la junta interna en el último período, se siente parte de ese legado.

El mandato de la lista Roja es claro: organizar la lucha contra la motosierra de Milei, y promover la unidad de les trabajadores sin distinción de tarea o afiliación para pelear por el salario, las condiciones de trabajo y, en definitiva, la salud pública.

El 20 de diciembre vamos a Plaza de Mayo con esas banderas.

https://prensaobrera.com/sindicales/mas-de-cien-organizaciones-convocan-a-marchar-el-20-de-congreso-a-plaza-de-mayo/

https://prensaobrera.com/politicas/el-eje-de-la-masacre-social-son-los-salarios-y-jubilaciones