El jueves 5 de diciembre 10 trabajadores de Linde-Praxair de la planta de Pacheco (Tigre) fueron despedidos. Los trabajadores denunciaron que los despidos respondían a la persecución por parte de la patronal hacia los activistas ya que muchos de estos habían sido delegados y congresales del gremio de químicos y petroquímicos. Las practicas antisindicales por parte de la empresa no son novedad, ya hubo otros hechos de estas características en la planta de San Martín (2016) y Pacheco (2005-2007).

La respuesta de los trabajadores frente a los despedidos fue desenvolver un proceso de asamblea permanente y retención de tareas no solo en la planta de Pacheco sino también en las dos plantas de Pilar, Avellaneda, Ensenada y Lanús. También se montó una guardia en la puerta de la fábrica, donde recibieron el apoyo del del SPIQyP. Hubo un llamamiento al conjunto de las comisiones internas y organizaciones sociales y políticas de la zona a rodear de solidaridad el conflicto; se pronunciaron, entre ellas, Suteba Tigre, Sutna-Fate y el Partido Obrero.

Esto llevó a que el viernes 6 de diciembre se convocara una “audiencia virtual de la Secretaria de Trabajo de Nación de la cual participaron la comisión interna y directivos del SPIQyP (sindicato de químicos y petroquímicos) de CABA y zonas adyacentes”, donde “la empresa retrocedió con los despidos y se comprometió a reincorporar a los diez despedidos el lunes en su horario habitual aunque sin asignación de tareas y se fijó una nueva audiencia para el día miércoles 11” (comunicado de los trabajadores Linde-Praxair).

“La empresa alemana Linde Gas Group nació en 1879, está presente en más de 100 países, cuenta con alrededor de 48.000 trabajadores y antes de la pandemia registraba una facturación declarada en 19.000 millones de dólares. Ahora fusionada con Linde, la estadounidense Praxair nació en 1907 y se instaló en más de 30 países, con 27.000 empleados. Llegó al país en los inicios del menemismo… entre Air Liquide y Linde/Praxair hoy se reparten el 85% del mercado” (ElDiarioAr). Frente al crecimiento de la empresa y la conformación de varias comisiones internas en un corto periodo, los trabajadores vienen denunciando una ofensiva patronal con el intento de acelerar los ritmos de producción, reducir costos y desactivar la organización sindical.

Ahora envalentonados por el contexto nacional, la aprobación de la reforma laboral y la ausencia de la CGT en cualquier proceso de lucha incluso negociando la reforma, las patronales avanzan con el visto bueno del gobierno nacional. Sin embargo, la respuesta de las y los trabajadores con los históricos métodos de organización de la clase obrera como la asamblea permanente, las medidas de fuerza y la solidaridad del conjunto de los trabajadores le hacen frente a este proceso. Como lo caracterizan los trabajadores de Linde-Praxair en su comunicado, la reincorporación de los despedidos es un “triunfo parcial”; aún queda resolver la asignación de tareas a los compañeros, pero ha quedado demostrado que hay voluntad de lucha y que cuando se lucha se avanza.

Basta de persecución, aunemos las luchas de los trabajadores, por un paro general que ponga en agenda la defensa de los convenios colectivos, el derecho a organizarse y la lucha contra la ofensiva a todas nuestras reivindicaciones.