Sindicales

25/9/2008|1056

Triunfos obreros en la pintura

Los trabajadores de Disal SA (Tersuave) realizaron un paro simultáneo en las plantas de Hurlingham y Mercedes, provincia de San Luis, hasta que una conciliación obligatoria interrumpió la medida. La patronal no pudo quebrar la medida y la burocracia sindical que opera en Buenos Aires no tuvo participación alguna. La lucha se asentó en los cuerpos de delegados que actuaron en conjunto, a pesar de la distancia, y fueron ellos y las asambleas fabriles los que llegaron al acuerdo final con la patronal: adelanto de octubre a agosto de la última cuota del acuerdo de convenio (7,5%), 500 pesos mensuales no remunerativos a cuenta de futuros aumentos en 2009 y un premio para fin de año de 2.700 pesos pagaderos el 1º de diciembre.

Se trata de un triunfo desde la base del gremio contra la política de la burocracia de Zambelletti. En Tersuave se ha perforado el cepo del convenio de la pintura, pactado en cuotas que al ser promediadas no llegan al 20%. La burocracia central puso la firma cuando la huelga de los trabajadores y la negociación de sus delegados ya habían arrancado las concesiones.

Por esos días, otro hecho conmovió al activismo de la pintura: en la fábrica Colorín, los trabajadores defendieron un premio a la producción que pretendió ser absorbido por la patronal. La burocracia llegó a una programada asamblea fabril, pero no para defender el reclamo obrero sino para plantear la remoción de los delegados, inscriptos en el movimiento de oposición. Esta manganeta ya fue hecha en otras plantas con diversos resultados.

La oposición se conectó rápidamente y, en horas, reunió a 30 compañeros de distintas fábricas en la puerta de Colorín, a las 6 de la mañana, para impedir el acceso de la patota que llegó en tres camionetas. Los burócratas salieron disparados; mientras tanto, los activistas opositores hablaron con los trabajadores desde los alambrados y cuando volvieron los burócratas, éstos pudieron pasar, pero bajo vigilancia de los obreros y delegados desde adentro y del activismo opositor desde afuera. La maniobra fracasó y hoy Colorín discute el problema salarial que se propusieron los trabajadores.

Colorín y Tersuave expresan una misma realidad. Hay una clara presión desde abajo para reabrir la paritaria de Zambelletti, cuyo convenio en tres cuotas -de 7,5% cada una-, ha sido desbordado por la inflación. Estas plantas siguen los pasos de Alba y otras plantas en el sentido de superar el convenio miserable de la pintura.

Se recalienta el clima obrero en el gremio. Es necesaria la reapertura de las paritarias y asambleas en todas las plantas para mandatar un plenario de delegados que reclame la equiparación con la fábrica mejor paga.

Sobre este eje corresponde discutir la formación de una lista del activismo de cara a las inminentes elecciones, con la siguiente perspectiva: romper los topes salariales de Moyano en la pintura, romper las ataduras del sindicato con el gobierno que miente sobre inflación, terminar con la burocracia entregadora de los delegados combativos.

Esta lista debe ser elegida en asambleas de fábrica por un sindicato basado en la asamblea obrera.