Sindicales

3/7/2020

Tucumán: la crítica situación de los trabajadores del citrus

El pasado miércoles se comunicó oficialmente que el Senasa, el gobernador Juan Manzur y las patronales citrícolas suspendieron de manera voluntaria por 15 días las exportaciones de limón a la Unión Europea, el principal mercado de ese cítrico argentino. Semanas atrás detectaron en el puerto de Cartagena y Países Bajos que lotes de fruta provenientes de campos de San Miguel, Citrusvil, Cota, Latin Lemon y otros tenían “mancha negra”, una enfermedad (hongo) que afecta la calidad externa de la fruta.


La suspensión rige para embarques desde el 1/7 pero las “clausuras y advertencias” sobre los distintos empaques involucrados se produjeron el 23/6. La misma llega cuando la temporada está casi terminada. En su mayoría la fruta fue comercializada o ya se encuentra en el agua hacia los puertos europeos. Al mismo tiempo la fruta restante se puede redireccionar a mercados menos exigentes como Rusia, EEUU, Medio Oriente, Canadá o el Sudeste asiático. Pero aprovechando el efecto pandemia que potenció la demanda y los precios, las principales patronales citrícolas aceleraron los ritmos de producción y semanas atrás superaron con creces la producción del año anterior.


Esto implica que puedan bajar la persiana antes de tiempo cosechando ganancias extraordinarias. Sin embargo, la contracara pasa por la cruda realidad de los trabajadores que dependen de la actividad. Se estima que más del 70% de los empaques se paralice y el resto se mantenga con ritmos discontinuos estirando como máximo la producción hasta fin de mes. En el caso de los trabajadores rurales “golondrinas” que por la pandemia se verán imposibilitados (en principio) de viajar a seguir las cosechas de la uva, el durazno o la manzana como lo hacen año tras año, la situación es realmente desesperante.


La tarea fundamental que se desprende de todo esto es la necesidad de organizarnos para luchar por un interzafra de $15 mil para todos, que nadie quede afuera y para que se cubra desde el momento en que termine la zafra y hasta que se reanude. No podemos tolerar las miserable suma de $5 mil que prometen, ni los $2300 del año pasado que firmó Ricardo Ferreyra de Uatre sin consultar.


Vamos por asambleas en cada finca y empaque para definir un plan de lucha ya.