Sindicales

12/5/2017

Tucumán: la lucha de los limoneros al rojo vivo

Ante la posibilidad de levantamiento inconsulto: plenario de delegados de base con mandato para decidir


La paritaria de los trabajadores del limón de Tucumán se ha transformado en una lucha extraordinaria, con pocos antecedentes en la provincia.


 


Todo comenzó con un reclamo de aumento salarial del 50% y una oferta patronal que rondaba el 20%. En ese marco, la burocracia inició las negociaciones. Se produjeron movilizaciones en algunas fincas, lo que obligó a la burocracia a decretar un paro general. Al calor del mismo se desató una irrupción obrera con la organización de piquetes que bloquearon fincas, empaques y en varias localidades cortaron importantes rutas. Durante los últimos años las paritarias ha sido una burla y la variable del salario la víctima, hasta el punto de que hoy los niveles salariales están por debajo de los fijados en la ley agraria- la ley más negrera de toda la legislación laboral.


 


A todo esto, se suman las pésimas condiciones laborales. La inflación del ultimo año destruyó aceleradamente el poder adquisitivo de un ya miserable salario;  en su inmensa mayoría, los limoneros solo perciben ese ingreso durante 4 meses, que es el periodo de cosecha, y luego quedan librados a su suerte, con planes intercosechas a cargo del Estado que apenas llegan a los $2.000 pesos y esto solo para los que están en blanco, menos de la mitad de los obreros del limón.


 


En este escenario, ante del estallido del conflicto, se conoció la noticia de la reapertura del mercado de Estados Unidos para el limón argentino, y días después la reapertura del mercado brasileño. Las noticias actuaron como detonante de la olla a presión acumulada de miseria y súper explotación.


 


Lucha en ascenso


 


Durante toda la semana fueron 35 los piquetes de cosecheros y trabajadores de los empaques. Al calor de este proceso los empresarios comenzaron a echar lastre aumentando la oferta hasta llegar a un 30%, mientra que los paritarios designados por la burocracia de Uatre (Trabajadores Rurales) fueron bajando el reclamo hasta un 33%.


 


En medio de todas estas negociaciones, los trabajadores han insistido que el aumento tiene que ser sobre el salario unificado (que está compuesto para la mayoría de una parte fija y una variable), porque la cifras cambian radicalmente si el aumento solo se refiere a la parte fija del salario y se deja de lado la parte variable. En simultáneo, surgió la noticia de que la patronales ofrecían el aumento pero a cambio de un aumentos de la productividad,  lo cual fue repudiado en todos los piquetes.


 


En el curso de la semana, la burocracia -que se asomó el primer día a algunos piquetes e incluso aseguró ciertos viáticos- fue desapareciendo de la escena, escondiendo las cartas y echando a correr rumores de todo tipo.


 


El gobierno del Frente para la Victoria, que encabeza Juan Manzur, primero se hizo el desentendido y al tercer día quiso oficiar de mediador, procurando rescatar a una dirigencia sindical que a viva voz llamaba a despejar las rutas primero y luego directamente a levantar los bloqueos. Pero no tuvieron éxitos y los bloqueos se mantuvieron.  


 


Ahora, quien está tomando carta en el asunto es el gobierno nacional, donde se están haciendo las negociaciones. Desde Buenos Aires la burocracia hizo correr la noticia de que el Ministerio de Trabajo decretaría la conciliación obligatoria, pero en los piquetes la respuesta ha sido de repudio y van a resistir.


 


Una noticia de último momento, al momento de escribir estas líneas, es que los paritarios de la burocracia habrían firmado un acuerdo de aumento del 31% y han llamado a levantar el paro y los piquetes.


 


Se impone la urgente convocatoria a un plenario de delegados de cosecheros y de los empaques con mandato y abierto a todos los trabajadores, para que los paritarios informen el acuerdo y las condiciones del mismo.


 


 Al calor del conflicto han emergido una enorme camada de activistas combativos y un conjunto de seccionales y empaques que están fuera de control de la burocracia, lo que constituye una grandiosa base para luchar por una nueva dirección democrática, combativa y clasista en este gremio clave de la clase obrera tucumana.


 


La Agrupación Naranja del limón, impulsada por el Partido Obrero, se ha fortalecido y extendido al calor de esta enorme lucha.