Sindicales

18/6/2020

Tucumán: las patronales del limón no consideran esenciales a sus trabajadores

A diferencia de la mayoría de las actividades, la producción de limón fue declarada “esencial” desde un primer momento y nunca se vio afectado por la pandemia. Muy por el contrario, producto del coronavirus se incrementó la demanda (por su alto componente de vitamina c) y tuvo picos de precios históricos, además de que la calidad de la fruta es una de las mejores de los últimos años.


Los protocolos frente al Covid-19 fueron delineados rápidamente en marzo tomando ejemplos de otros países. Los empresarios definieron su alcance y sumaron al gobierno y sindicatos para la foto. La participación de los trabajadores en esta tarea fue relegada, lo que expone la nula existencia de comisiones de seguridad e higiene que verifiquen el cumplimiento de los protocolos. Al margen que las exigencias propuestas solo pueden ser cumplidas por los grandes empaques y productores, dejando decenas de empaques pequeños y miles de cosecheros sin protección adecuada ante la pandemia. Aclaramos que es una actividad que requiere comisiones de seguridad permanentes por la exposición de trabajadores a maquinaria pesada, traslados en ruta, uso de agroquímicos, entre otras tareas de riesgo. En el mes de abril un cosechero falleció aplastado por un colectivo en una finca y otro resultó con quebraduras.


La industria citrícola emplea en Tucumán alrededor de 45 mil trabajadores, en su gran mayoría temporarios (cuatro meses) entre los servicios de cosecha, empaque e industria. Más de la mitad de ellos se encuentran precarizados gracias a la fraudulenta figura del “contratista” y en su gran mayoría reciben salarios muy por debajo de la línea de pobreza.


La producción de limones se exporta en un 17% a la Unión Europea, Rusia, India, China, entre otros destinos, como fruta fresca y un 75% en sus derivados de jugos, aceites, pulpa y cáscaras con destino a EE.UU principalmente, el resto se vuelca en el mercado interno.


Sin embargo, las patronales del sector (nacionales y multinacionales) utilizaron la excusa de la pandemia para congelar la paritaria (vencida en abril) de los trabajadores de la alimentación con la completa pasividad de la burocracia del Stia. En el caso de cosecheros y empacadores, nucleados en Uatre, el aumento recibido en marzo ni siquiera compensó la inflación anual superior al 50% y la pérdida del 34% de 2019. Mientras la devaluación sostenida del peso que lleva adelante el Banco Central genera una baja en el costo de la mano de obra, los precios dolarizados de la fruta se cuadruplican. Para tener una idea, el último balance trimestral presentado por San Miguel SA (enero a marzo 2020) arrojó un incremento del 157% respecto a 2019, con un resultado operativo cercano a los $1.000 millones. El año pasado la facturación citrícola cerró en 850 millones de dólares.


El gobierno de Manzur demostró una vez más que es el vocero de los empresarios citrícolas, y en general de todos los empresarios de la provincia, cuando en mayo lideró una comitiva junto a empresarios para garantizar el acceso a créditos con tasas subsidiadas, del mismo modo que desde hace años otorga millonarias exenciones impositivas y hace la vista gorda ante la contaminación ambiental.


De todo esto se desprende la urgente necesidad de orientar la fuerza de los trabajadores en función de sus propios intereses. Desde la Coordinadora Sindical Clasista consideramos esencial la tarea estratégica de luchar por un programa basado en el control de la producción y la gestión obrera de la industria. Al mismo tiempo y de manera transicional, organizarnos para conquistar cada una de nuestras reivindicaciones inmediatas:


Por el pase a planta permanente de todos los trabajadores.


Basta de trabajo en negro y precarizado.


Apertura de paritarias ya.


Bono extraordinario para todos los trabajadores hasta tanto se acuerde la paritaria.


Por un interzafra de $15.000 sin restricciones.


Por un básico para todos los trabajadores de la industria que cubra la canasta familiar, hoy en 45.000 pesos, ningún trabajador puede ganar menos de este monto.