Sindicales
11/12/2014|1344
TUCUMAN: Significado y alcance de la victoria en Adiunt
El Frente Docente por el Cambio tendrá la misma cantidad de directivos y vocales que las dos otras listas sumadas.
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El triunfo de la izquierda y el activismo combativo, agrupado en el Frente Docente por el Cambio, ha tenido un enorme impacto político.
Los medios de comunicación tuvieron que destacar que el nuevo secretario general es un militante del Partido Obrero. También que quienes conquistaron la dirección del sindicato vienen de protagonizar y dirigir la lucha huelguística (89 días de paro con tomas de facultades y marchas masivas) más importante de las últimas décadas.
En la elección participó casi el 70 por ciento del padrón. El Frente Docente por el Cambio obtuvo 567 votos; el PCR, 389, y los K, 388. En comparación a 2012, el FDC creció en un 65 por ciento. En la nueva directiva, el FDC va a contar con 11 directivos y vocales, la misma cantidad que las otras dos listas sumadas. Conquistamos también 15 delegados de facultades.
Las otras dos listas intentaron, en especial el PCR, que hubiera una lista unitaria de todos los sectores. Pretendían disolver en nombre de la unidad, el agrupamiento combativo y clasista que se había producido al calor de la huelga general.
El frente motorizado por la agrupación Naranja agrupó a la inmensa mayoría del activismo que se destacó en la organización de la gran huelga. La autoridad ganada por la Naranja es el resultado de un proceso de lucha política, basado en la delimitación de todas las camarillas, en contraposición con otros que apoyaron a una u otra, abriendo falsas expectativas sobre las soluciones a las reivindicaciones docentes. La irrupción huelguística nos encontró preparados para poder orientarla y conducirla a la victoria, mientras a los otros agrupamientos no les quedó otra que actuar a remolque, arrastrados por los acontecimientos.
El gobierno universitario, que encabeza la rectora Bardón, quedó completamente debilitado. La lucha de camarillas se hizo más intensa que nunca. A caballo de esa crisis y de la asfixia financiera, el gobierno nacional ha logrado en las últimas semanas reinstalar en posiciones importantes a varios funcionarios de La Cámpora.
La nueva conducción tiene planteado encarar los próximos desafíos: reapertura de las paritarias en febrero y que la Asamblea Universitaria, que comenzó a funcionar el 30 de octubre pasado, cumpla con los compromisos de consagrar en el nuevo estatuto la carrera universitaria y la ciudadanía plena a la docencia de los colegios y escuelas preuniversitarias, entre otros reclamos pendientes.
Este ascenso de la izquierda clasista en Adiunt no es un rayo en cielo sereno. Es un fenómeno que recorre otros escenarios de la docencia universitaria y sindical a nivel nacional. Es también un revulsivo en la CTA tucumana que durante los 89 días de huelga se mantuvo paralizada y cuya directiva está integrada por una coalición de viejos burócratas (ATE) y representantes de la izquierda democratizante (PCR, MST) que se encaramaron en la dirección de la CTA a través de un proceso completamente fraudulento.