Sindicales

3/10/2002|774

Un desafío al temporal y al poder político

Unos 9.000 compañeros desafiaron la inclemencia de una lluvia que fue torrencial desde las primeras horas de la mañana, cuando los compañeros salían de las barriadas del Gran Buenos Aires. En las citas previas y en las columnas que se armaron fuera de la Plaza, los compañeros estuvieron horas debajo de la lluvia antes del comienzo del acto.


En semejante cuadro y previendo un posible recrudecimiento del temporal, las organizaciones convocantes redujeron el acto de tal manera que de siete oradores designados por las Asambleas Populares habló uno sorteado por ellas mismas; el panel de sindicatos y empresas en lucha se redujo al Soip y Metrovías; las federaciones estudiantiles mantuvieron sus tres oradores, y las organizaciones piqueteras redujeron la cantidad de compañeros del interior que hablarían y la duración de los discursos. Se adhirieron una cantidad de organizaciones de derechos humanos, de agrupaciones sindicales y de artistas que también estuvieron presentes en la Plaza.


Varios meses después de aquella inolvidable arrugada de Moyano por un pronóstico meteorológico, los piqueteros y demás asambleístas dieron muestras de su determinación política. El Soip mostró su liderazgo en la lucha de miles de trabajadores del puerto contra la flexibilidad laboral y las maniobras antiobreras de la mismísima Camaño y de los pulpos capitalistas de la pesca. Metrovías marcó la determinación obrera de continuar la lucha por las 6 horas, desnudando el papel antiobrero y agente de los privatizadores de Ibarra, una de las cabezas políticas de la centroizquierda.


Más allá de algunas intervenciones que reflejaron la confusión política de algunos grupos menores, los obreros y piqueteros dieron testimonio del alcance de las grandes luchas que protagonizan en las provincias, del ascenso de luchas obreras, ocupaciones fabriles, cortes ferroviarios, grandes luchas del transporte, cortes de ruta y luchas docentes y estatales.


Ya en la Plaza, con una tribuna que incluyó a todos los participantes del Acampe y a casi todos los convocantes de la histórica jornada del 26 de junio (envió orador y delegación la CTD en la Aníbal Verón), se empezó a palpitar que la Asamblea Nacional sería masiva y combativa, que se plantearía el problema de acabar con Duhalde y su plan político, y que el plan de lucha estaría en esa sintonía política uniendo las reivindicaciones a una lucha de poder.


El Polo Obrero colocó en esa perspectiva su intervención, marcando que la necesidad de arrancar de la cárcel a Castells, como a los 129 compañeros jujeños, y rescatar a los compañeros desaparecidos en la feroz cacería desatada en esa provincia, así como el juicio y castigo a los responsables del atentado a Estela Carlotto, implican la derrota política de un gobierno y de un régimen. Una lucha para acabar con los grupos de tareas, por el desmantelamiento del aparato represivo y las mafias policiales, responsables de los asesinatos de nuestros piqueteros y de nuestra juventud.


Anticipamos el alcance político que tendría la Asamblea de Trabajadores frente al fracaso del gobierno fondomonetarista que se hunde en el marco del derrumbe latinoamericano y la crisis mundial; nos inscribimos en la lucha mundial contra la cobarde agresión imperialista a Irak; y planteamos cómo la crisis capitalista fogonea la rebelión popular y la crisis de poder.


Desde este ángulo impulsamos el nuevo Argentinazo y explicamos la manera en que la consigna de una Constituyente con poder y soberana contribuye a reunir las fuerzas populares para ese segundo 19 y 20. La consigna, levantada también por las Asambleas Populares, tuvo en el Mijd un defensor entusiasta, que animó la plaza cantando “por la Constituyente arrancada por otro Argentinazo”.


Aurelio Díaz adelantó la perspectiva política del movimiento piquetero al plantear la ocupación de la textil Ucal, que está cerrada, por parte del Polo Obrero chaqueño, algo que ha erizado al gobierno, las cámaras empresarias y la prensa de Resistencia.


El Polo reivindicó la gran marcha piquetera tucumana contra Miranda y todos los levantamiento provinciales y las grandes luchas obreras del momento como termómetro de la profundidad de la crisis política y las tendencias a la huelga general en función de la cual impulsamos el paro activo inmediato. La reivindicación anticipada por parte de Barrios de Pie de una Marcha Federal que culmine el 19 y 20 colocó en la sintonía de la lucha por acabar con el plan político electoral de Duhalde y el FMI a las principales expresiones políticas del acto.