Sindicales

11/8/2022|1651

Un parazo nacional docente emplazó al gobierno

Se exigió a la burocracia de Ctera plan de lucha con continuidad

Foto: Juan Cruz Ojo Obrero Fotografia

El paro nacional del miércoles 10 fue rotundo en todo el país, superando el 90 por ciento de acatamiento en la mayoría de las provincias. Fue activo, con movilizaciones multitudinarias en Mendoza, Santa Cruz, Neuquén, Córdoba, Entre Ríos, por mencionar algunas, con fuerte apoyo de la comunidad –particularmente en Mendoza- y en varias provincias junto a trabajadores estatales, de la salud y del movimiento piquetero. En el AMBA se desarrolló una importante concentración en el Palacio Pizzurno convocada por los Sutebas Multicolores y Ademys. Luego una delegación, fundamentalmente integrada por una nutrida columna de Tribuna Docente, se movilizó hasta la Plaza de Mayo para dar su saludo a la lucha de los trabajadores desocupados, donde hicieron uso de la palabra dirigentes de Suteba Tigre y Suteba Ensenada.

Después de tres años de parálisis de la Ctera, la jornada nacional de huelga docente conmovió al país, junto al monumental acampe de la Unidad Piquetera en Plaza de Mayo. El paro fue arrancado por las bases docentes de todo el país, y principalmente a partir de las numerosas provincias que están en paro desde hace semana y que continuarán la próxima: Mendoza, Santa Cruz, Chubut, Santa Fe, Neuquén, La Rioja y Río Negro, y por los reclamos de fondo de la docencia, reapertura de paritarias, salarios iniciales en blanco de 120.000 pesos, defensa de la jubilación y del estatuto docente, basta de precarización laboral, entre otros puntos.

En Mendoza, epicentro de los conflictos, los docentes y trabajadores han colocado un cartel al ingreso de la ciudad que reza “Bienvenidos a la provincia con los peores salarios del país”. Los paros provinciales adelantaron el hartazgo del conjunto de la docencia nacional ante tanto ajuste del gobierno del Frente de Todos y de todos los gobernadores, y de la entrega de la burocracia de Ctera, superando a las direcciones celestes de Sonia Alesso y Baradel, que han cerrado con candado a la Ctera.

Se comienzan a romper los diques de contención

La burocracia de Ctera enmascaró los motivos profundos que volcaron a la docencia a la calle con el justo rechazo a la condena del dirigente Santiago Goodman, exsecretario general de Atech-Chubut, a consecuencia de una movilización sobre la Casa de Gobierno de esa provincia en medio de los paros y reclamos docentes que dominaron la provincia durante todos estos años; la Ctera estuvo completamente ausente de esa lucha.

Ahora, Ctera desvinculó ese reclamo de todo pronunciamiento contra el ajuste educativo del gobierno de los Fernández y Massa, y de los gobernadores. Obviamente, tal postura es vinculante con una acción vergonzante frente a la condena. Así lo demuestran los alegatos del abogado defensor de Goodman, que han trascendido, según los cuales en el juicio solicitó que se le aplique “el mínimo legal establecido por el delito de daño simple, esto es 15 días (de arresto). Y para el caso que la señora jueza entienda que esto no es posible o realizable, solicitamos el mínimo legal de la escala penal, de tres años” (de prisión), entendiendo que puede “ser de cumplimiento condicional” (primera instancia justicia provincial).

Ctera tampoco hizo activo el paro. El acto central, en Chubut, con la presencia de Sonia Alesso, fue en el Ministerio de Educación en la ciudad de Rawson, ajeno a la convocatoria de la mayoría de la docencia provincial. Aún así, las y los docentes presentes exigieron a Alesso, con sus cánticos, la convocatoria a paros y a un plan de lucha de Ctera, y fueron acallados por el aparato de la conducción de la central.

En CABA, la Ctera hizo una actividad clandestina y minúscula en el Ministerio de Trabajo, por el aumento de las jubilaciones a los docentes nacionales. La burocracia celeste reconoce ese carácter calificando a la iniciativa como una “clase pública” con representaciones gremiales.

En contraposición, en Mendoza, la histórica movilización del Sute tuvo por protagonistas a las bases, especialmente del interior, que por momentos desbordaron a la dirección kichnersita durante la movilización.

En Córdoba, los sectores antiburocráticos de la UEPC se movilizaron contra el gobierno y la dirección celeste, y emplazaron al secretario general, Juan Monserrat, por entregar la paritaria al gobierno de Juan Schiaretti.

En Entre Ríos, la burocracia hizo una volanteada y radio abierta en Paraná. Solo salió el aparato de la conducción provincial. En contrapartida,  las minorías Multicolor movilizaron junto a los movimientos piqueteros.

Como se ve, tanto el programa cuanto el método del paro nacional se lo imprimió la movilización docente y de los sectores combativos de Ctera.

Exijamos paros progresivos y un plan de lucha

En las provincias en lucha se plantea la continuidad, como en Mendoza, donde varios departamentos plantean resolver el paro por tiempo indeterminado, ante un gobierno provincial grogui por la movilización popular. En Buenos Aires, el Suteba baradelista está convocando a asambleas de delegados regimentadas, que quiere transformar en jornadas de reflexión y debate.

Frente al intento de enfriar la etapa que han abierto los paros provinciales y la gran huelga del 10 de agosto, la responsabilidad de los sindicatos y seccionales multicolores y antiburocráticos y del activismo es la de profundiza la deliberación en nuestros gremios y arrancarle a la burocracia de Ctera la continuidad del plan de lucha con paros progresivos por todos los reclamos hasta la huelga general.

Este es el desafío que tiene la Lista Multicolor de Ctera, que el 7 de setiembre enfrenta a Sonia Alesso y Roberto Baradel –por enésima vez candidatos- por una nueva dirección en Ctera, contra la integración de nuestra federación al gobierno del pacto de ajuste con el FMI.

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