La huelga y movilización de los trabajadores de la textil INTA de San Martín le torció el brazo a la patronal, que se allanó a aceptar la conciliación obligatoria con los 17 despedidos adentro. Pero también se arrancaron otras reivindicaciones planteadas: se blanqueó a 10 compañeros que trabajaban en negro y se suspendió la contratación de personal con las nuevas modalidades que la empresa quiere imponer.

Aunque pendiente del próximo vencimiento de la conciliación, en que los patrones querrán volver a la carga, lo sucedido muestra la posibilidad de frenar con la lucha los intentos de extender a todo el movimiento obrero el “convenio” infame Fiat-Smata, del cual están calcados los propósitos de la patronal de Inta. Todo el gremio textil y el movimiento obrero de San Martín deben respaldar la lucha de los compañeros de Inta. El plenario de delegados textiles debe resolver una acción huelguística solidaria con los compañeros de esta empresa y por un programa contra la destrucción del convenio: ni un despido, ocupación de toda empresa que despida, defensa de las ocho horas y las categorías. Los despidos y suspensiones son moneda corriente en muchos establecimientos textiles, Inta abre la vía para una acción de conjunto.