Sindicales

27/12/2017

Un régimen masacrador: otra muerte obrera en el cordón industrial de San Lorenzo

Se trata de la tercera en el plazo de un año. Paro de 48 horas de los aceiteros en San Lorenzo

Paro de 48 horas de los aceiteros en San Lorenzo


Finalmente, el SOEA llamó a un paro de 48 horas luego de la explosión en la planta de la ex Nidera, ubicada en Puerto General San Martín, que se cobró la vida del obrero Domingo Giménez, 55 años, efectivo en COFCO. “Nueve trabajadores fueron derivados de emergencia al Centro del Quemado en el Sanatorio Británico de Rosario. Algunos en terapia intensiva, otros menos graves. También hay heridos de distinta consideración entre compañeros Aceiteros, de la Cooperativa Portuaria y Camioneros”, comunicó el equipo de prensa del Sindicato Aceitero de San Lorenzo.


 La empresa Cofco se cobra la segunda muerte de las tres que se produjeron en el año en el Cordón, luego de que a mediados de diciembre de 2016 un trabajador de limpieza, de 19 años, muriera aplastado debajo de una montaña de soja en una planta de Timbúes perteneciente a la misma patronal de capitales chinos. A su turno, en agosto de este año un obrero de construcción murió aplastado tras el desprendimiento de un pórtico en la ampliación de la obra de la planta de Renova.


Como denunciamos en Prensa Obrera, Cofco presentó en septiembre su plan de inversiones portuarias por 27 millones de dólares en presencia del jefe de Gabinete Marcos Peña, el ministro de Transporte Guillermo Dietrich y el gobernador Miguel Lifschitz, para la ampliación de sus plantas, sin destinar un solo peso a la seguridad de las operaciones, como queda demostrado en esta imparable secuencia de muertes de trabajadores.


Ante la magnitud de la catástrofe social, de consecuencias aún imprevisibles, con obreros gravemente heridos, el sindicato que conduce Pablo Reguera, alineado con la Corriente Federal de Trabajadores, informó a los medios de comunicación que el incendio en la celda donde hoy se generó la explosión en la planta de Cofco, en Puerto General San Martín, "se originó hace cuatro meses pero nunca terminaron de extinguirlo" (La Nación, 27/12).


En medios locales, señaló que “la planta estaba parada desde hace seis meses cuando reventó un enfriador” y que "hace varios meses que se vienen apagando estas celdas donde hay hasta 200 mil toneladas de semilla. Si hubiera tecnología, sabrían que había peligro de incendio. Pero si había sensores, no estaban funcionando". Y agregó que "acá estuvo el ministerio de Trabajo y todos los integrantes de seguridad. Cada vez que vinieron dijeron que se podía trabajar y desgraciadamente se equivocaron" (El Ciudadano, 27/12)


Según  el testimonio de un camionero "hace quince días vi cómo les tiraban agua a los tanques para frenar el fuego. Les dije a los otros choferes hay que salir porque esto explota".


La vida (del obrero) no vale nada


Nidera, Noble, Renova, son los nombres de las patronales que se repiten a lo largo de estos años cuando hablamos de muertes obreras en el cordón industrial. La causa también se repite: desarrollo patronal sobre la base de la súper explotación obrera, incluida la depredación sin límites de la vida de los trabajadores.


A esta altura es más que evidente que los comités mixtos de seguridad de higiene impulsados por el Frente Progresista no son más que una pantalla para que se aplique a rajatablas la voracidad patronal. El Ministro de Trabajo debe renunciar por su complicidad con los pulpos agroexportadores en el asesinato de obreros.


Si el foco de incendio indomable se originó hace cuatro meses, tal cual informó Reguera, y esto estaba en conocimiento del gremio, el sindicato debió exigir la paralización de la planta, con los operarios cobrando su sueldo hasta tanto la patronal garantizara las condiciones mínimas de operatividad.




 


Reguera intentó matizar esta negligencia cómplice apelando a que "los delegados y el comité de seguridad pararon varias veces la fábrica ante la situación de peligro" (ídem), pero el SOEA no llamó a ningún paro general cuando se produjeron las dos muertes obreras previas del año, ni a un paro de advertencia frente a las sucesivas evidencias de que la planta no estaba habilitada para funcionar en condiciones seguras para los trabajadores. Por el contrario, ante el crimen del  trabajador de limpieza, de 19 años, aplastado en un silo Reguera absolvió a Cofco señalando que el joven obrero se había saltado normas de seguridad interna.


Este paro general es tardío y debió realizarse cuando los delegados de fábrica informaron del incumplimiento patronal y estatal de las normas de seguridad e higiene. Responde sin dudas a la enorme bronca en la base aceitera frente a las muertes obreras, los despidos y los ataques a conquistas laborales, como el bono de fin de año que sigue empantanado en las oficinas del Ministerio de Trabajo de Triacca.


El departamento de San Lorenzo también está sacudido por una ola de despidos. Necesitamos un Congreso de Bases del Movimiento Obrero que delibere y forje un plan de lucha en defensa de la vida de la clase obrera.


Paro general


Justicia por Domingo Giménez