Sindicales

11/3/2004|841

Un triunfo de significativa importancia

En la Dirección de Administración de Educación, la ministra dispuso el 2 de febrero una resolución de “traslado por razones de servicio” de once trabajadores, entre los que se incluyó a delegados y activistas del Sindicato de Empleados Públicos y miembros de la Directiva de ATE-Córdoba, repartiéndolos en escuelas de los barrios.


Los trabajadores de la repartición se constituyeron en asamblea y dispusieron enfrentar el ataque, aun con una parte importante del personal con licencias y con una Directiva como la del SEP, subordinada al gobierno de De la Sota. Se dispuso rechazar los traslados, instalar carpas en la puerta de la dependencia y parar dos horas por turno, con estado de asamblea permanente, y establecer un frente único de acción de las organizaciones sindicales con todas las decisiones a resolución de la asamblea.


Se estableció que este ataque pretendía desbaratar la organización de una repartición que en los últimos meses del 2003 levantó la consigna de 300 pesos al básico inicial y la respaldó con medidas de no atención al público y dos jornadas de corte de calle, mientras la Directiva del gremio presentaba petitorios al gobierno “por la recomposición de los salarios”.


En los debates de asamblea se concluyó que este ataque se ligaba a la política de mascarada de reforma de la Ley Laboral, y que también constituía un ataque encubierto a las condiciones de trabajo y a la lucha de los trabajadores, por lo que se aprobó por unanimidad convocar a todas las organizaciones sociales en lucha y que uno de los cortes dispuestos por el Bloque Piquetero el 19 de febrero se efectuara en la calle Santa Rosa, frente a la repartición, constituyendo una efectiva jornada de lucha de los trabajadores desocupados y ocupados.


En la asamblea del 5 de febrero se resolvió aceptar la modificación que propuso la ministra a su resolución, por la que de los siete compañeros que resistieron la medida, quedan cinco en las dependencias del edificio y a dos se les concede la jubilación ordinaria que desde hace tiempo les correspondía, dando un ejemplo de lucha hasta el último día de actividad laboral. La asamblea resolvió también retomar la lucha por los 300 pesos al básico y transferir esta experiencia del recule de De la Sota a las demás reparticiones, hospitales y escuelas.