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El pasado 14, se realizaron las elecciones de Junta Interna en la Dirección General de Estadísticas (DGEyC) de la Ciudad, el primer cuerpo de delegados que ese elige en esa repartición.

Las elecciones enfrentaron toda clase de presiones por parte de la dirección. En primer lugar se impugnó el llamado a elecciones y se obstaculizó la labor de los candidatos. Luego los funcionarios desarrollaron un sucio trabajo de presión, sobre todo entre los contratados, para atemorizar a los trabajadores y que no voten, planteando que podían no renovarles el contrato a fin de año. La elección se hizo igual y contó con el apoyo de numerosas juntas internas de ATE y activistas del gremio que se juntaron en la sede central del organismo. Inmediatamente el Gobierno de la Ciudad pidió la impugnación de la elección.

Lo ocurrido no es un caso excepcional, el macrismo está en una ofensiva para ilegalizar la organización gremial en toda la ciudad. Así prepara el ajuste en marcha. La resolución contra las asambleas y la impugnación de 22 juntas internas van en ese camino.

En esas condiciones votaron 66 compañeros, un buen número que expresa una base de apoyo para crecer. El desafío principal es organizar la dirección por el pase a planta permanente. Sólo el 45% de los trabajadores están en planta, y los últimos que han pasado (en cuentagotas) lo han hecho a través de concursos públicos amañados, sin respetar la antigüedad, la categoría o el puesto. Los contratados sufren bajos salarios, discriminación, presiones políticas y sindicales y un control creciente sobre sus movimientos en el lugar de trabajo y el horario de entrada y salida a través del registro de sus huellas digitales. El Sutecba no abre la boca sobre esta persecución y en la Dirección de Estadística se apresuraron para tener su delegación gremial, atacando a ATE y tratando de establecer un corralito sobre los trabajadores.

Se realizó una primera y exitosa asamblea donde se abrió la discusión sobre estos problemas, hay que seguir por este camino.