La empresa textil Alpargatas anunció cerca de doscientos despidos en sus plantas de Florencio Varela y San Luis.

 

La productora de calzados, que paga a sus trabajadores un salario miserable de $8000 mensuales, ha embolsado superbeneficios durante el gobierno de los K y ahora del macrismo, a costa de salarios de hambre.

 

En 2012, bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en la fábrica tucumana hubo entre 200 y 300 despidos y en las fábricas de todo el país se suspendió a 2000 trabajadores, con la complacencia de la burocracia de la Asociación Obrera Textil (AOT). Ya en agosto pasado tuvieron lugar masivas suspensiones de trabajadores, sin que la burocracia de la AOT moviera un dedo.

 

Está claro que la dirección de la AOT es cómplice de estos despidos y del cierre de las plantas de Varela y San Luis. Lo único que hizo fue avenirse al acuerdo "antidespidos" trucho del gobierno y la patronales, bajo el cual los despidos continúan. Ahora, la directiva de la AOT maniata a los trabajadores, solidarizándose con la patronal multimillonaria y buscando colocar a los trabajadores a remolque de los reclamos de Alpargatas por el perjuicio que le ocasionaría la libre importación.

 

Lo que corresponde es desarrollar una perspectiva que coloque en primer plano los intereses de los trabajadores.

 

Reincorporación inmediata de los 90 despedidos de San Luis y los 80 de Florencio Varela.

 

Por un plenario de delegados del sindicato.

 

Asambleas de fábrica.

 

Plenario de delegados de la AOT.

 

Asambleasa de fábrica y ocupación hasta la reincorporación total para impedir el cierre.

 

Expropiación sin indemnización de Alpargatas y funcionamiento bajo la dirección de sus trabajadores.

 

Prohibición de despidos.