Sindicales
21/5/1992|357
UOM: Miguel desconoce los reclamos de las bases

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Exactamente 48 horas antes de que la UOM firmara el convenio con la patronal automotriz, que convalida una nueva caída del salario metalúrgico (ver nota), establece la “paz social" por un año y parte al gremio en "ramas", la mayoría de los delegados de fábrica de Capital y Gran Buenos Aires había propuesto profundizar las medidas de fuerza. El plenario de delegados se realizó el jueves 14, con la presencia de 1.500 representantes. Varios delegados —Matanza, Firmat, Campana, Capital— reclamaron el rechazo a cualquier acuerdo separado por ramas y propusieron que el paro de 48 horas (18 y 19) fuera acompañado con una movilización el 19 a las 10 horas “desde las fábricas hasta Plaza de Mayo". Un delegado de San Martín cuestionó la anticipación con que se anuncian las medidas porque “da tiempo a las patronales para prepararse tomando contratados”, y reclamó paros sorpresivos. Estas intervenciones fueron aplaudidas masivamente y en todas ellas se denunció al gobierno, a Menem y a Cavallo como títeres de los empresarios.
A pesar del “filtro" organizado por las ejecutivas seccionales para digitar oradores y determinar lo que iban a decir, el plenario reflejó el proceso de recomposición que vive el gremio. En numerosas fábricas de la UOM se ha arrancado aumentos y en otras se plantean reclamos. El paro del 5 fue “aprovechado" para realizar planteos de lucha propios, lo que explica, en parte, su masividad. Este clima se trasladó a los plenarios de delegados seccionales, en los que se llegó a denunciar la insignificancia del reclamo salarial de la UOM y se planteó que no fueran absorbidos los aumentos ya conseguidos.
La burocracia mantuvo la convocatoria al plenario general sabiendo lo que iba a firmar horas después, porque esto le permitía un recuento de fuerzas y porque no existe ninguna oposición organizada que pretenda disputar su liderazgo. En cualquier caso —como explicó Lorenzo Miguel— el plenario no era “resolutivo", por lo cual debía limitarse a hacer “sugerencias" que luego serían "canalizadas" por las ejecutivas seccionales ante el Consejo Directivo.
En la UOM, la que fuera alguna vez oposición a la burocracia llegó a la dirección de las seccionales —Villa, Quilmes, Matanza— para desde allí asimilarse en profundidad al régimen burocrático. Estas conducciones se han llamado a silencio y no ofrecen política alternativa a la del “oficialista" Miguel. En los realineamientos previos a las elecciones que se realizarán este año, los ex montoneros y ex clasistas se proponen a sí mismos como "los hombres de Miguel" frente a la supuesta derecha que encaramarían Guerrero (Avellaneda) y Minguito (Vicente López). Tendríamos así una interna entre “oficialistas" y "obsecuentes" de Menem, en la que no se dirime obviamente ni el arrasamiento del salario ni las exigencias de superexplotación de los trabajadores, que son presentados como secuela inevitable de la "modernización".
El plenario general de delegados permitió avizorar tendencias de lucha cuya perspectiva está justamente en una lucha política implacable contra la vieja y la nueva burocracia.
¿Convenio metalúrgico, o contra los metalúrgicos?
El acuerdo firmado por la dirección de la UOM para la rama automotriz -terminales y autopartistas- establece un aumento del 29,5% "que se pagará en forma prorrateada en porcentajes periódicos” hasta el 1/2/93, período durante el cual regirá una cláusula de "paz social” (“el gremio deberá abstenerse de realizar paros y los empresarios de suspender o despedir personal”, Diario Gremial, 18/5). El acta firmada incluye también una cláusula de absorción, “por la cual las empresas que dieron aumento a cuenta de las paritarias, podrán absorber el 29,5% acordado” (ídem).
La sola lectura de estas cifras revela que la UOM ha sacrificado el salario, que apenas aumentará un 16 al 20 % en el promedio de los próximos 12 meses contra una inflación acumulada que supero el 30% y en lo que corresponde estrictamente a la canasta alimentaria, el 45%. Las patronales han arrancado, además, la posibilidad de "absorber" con este aumento las mejoras ya otorgadas, por lo que para la mayoría de los metalúrgicos de la rama todo se reducirá a un "blanqueo “del salario.
Otro ángulo es considerar que un oficial múltiple— máxima categoría— tendrá un ingreso mensual en febrero/93 de $414, lo que es ya hoy la tercera parte de la canasta familiar.
La burocracia esgrime como argumento a favor del acuerdo que las patronales no han podido imponer el criterio de cambiar mejoras salariales por "productividad” y que las conquistas del convenio permanecen tal como están, desconociendo que ya a nivel de fábrica se habían obtenido sin esas concesiones mayores aumentos y muchos antes. De todos modos, la UOM sólo firmó con la rama automotriz; al resto no le ha impuesto nada. Pero las "terminales” han aceptado los términos del acuerdo sólo mientras sigan protegidas de la importación, incluida la posibilidad de comprar chapa de acero barata. Esta doble protección también la reclamaría el Centro de Industriales Siderúrgicos para firmar el convenio.
Miguel ha colocado a la UOM en una situación de dependencia respecto a tos intereses de las patronales de la industria.
Pero las propias terminales, están manejando la "productividad” a partir de acuerdos por empresa; imponen "flexibilidad laboral" a partir de sucesivas "carpetas” y con el visto bueno de la burocracia, lo que es notorio en la rama automotriz o la siderúrgica (Acindar, Propulsora). El convenio de la UOM, más allá del “litro de leche” o de tos "uniformes”, es, en estos casos, el texto más violado de cuantos se conocen. Expresión de esto es que desde marzo de 1991 hasta marzo del '92 la producción automotriz creció en un 195,8% prácticamente con la misma cantidad de personal.
Inocultablemente, el reguero de reclamos salariales y la tensión existente en fábricas y talleres apuró el acuerdo. En varios lugares de trabajo el paro metalúrgico del 5 fue unido a otras medidas de lucha y como parte de reclamos específicos. Con la firma del convenio patronales y burocracia fijaron el antecedente de un año de "paz social" y aniquilaron las tendencias a un movimiento de lucha común de los metalúrgicos, partiéndolo en "ramas" y fábricas.
Christian Rath
Metalúrgicos: Ushuaia se pone en movimiento
Los metalúrgicos del fin del mundo hace más de un año que no recibimos un aumento salarial a pesar de la constante promesa de empresarios y gobierno, principalmente desde la asunción de Cavallo. Los metalúrgicos fueron perdiendo la paciencia y realizaron un paro de 24 horas con movilización, que fue acatado por un 70% de las fábricas tomando en cuenta que muchos de los contratados no pararon por temor a represalias. Los trabajadores reclaman la equiparación con los salarios que cobran los metalúrgicos de Río Grande (30% más). A igual trabajo, igual salario. Los compañeros denuncian que las empresas tienen niveles de producción iguales a los años donde eran 4.000 metalúrgicos y cobraban u$s1.000 mensuales, mientras que ahora no llegan a los 2.000 y cobran u$s 450. Esto habla a las claras de la superexplotación existente y del fabuloso nivel de ganancias empresarias. El infierno "productivo ", eso son las fábricas, donde se trabajan ¡ornadas dobles (16 horas diarias), se aprieta —a los contratados particularmente— para elevar más y más los ritmos de trabajo, se obliga a trabajar hasta los domingos cortando todo descanso semanal. Los metalúrgicos han dicho basta y se han puesto de pie. Ahora algunas patronales ofrecen negociar aumentos pero... a costa de nuevos incrementos en el ritmo de la producción y pérdida de conquistas. El momento de reclamar es ahora, organizar a los contratados para unificar las fábricas y para que futuros paros sean del 100%.
Felipe
Algo está cambiando en la UOM de Ciudadela
A fines de abril, el Secretario General de la UOM Ciudadela, Cleto M. Garay, realizó un Congreso de Delegados para informar sobre el plan de lucha metalúrgico. En el desarrollo del plenario intervinieron varios compañeros y concretamente se planteó: 1°) La maniobra patronal de estirar la discusión salarial a más de un año sólo pudo haber sido en complicidad con Lorenzo Miguel. 2°) El reclamo del 30% de aumento es sólo la suma de tos últimos índices de inflación de marzo a diciembre del '91 sin la recomposición del desfasaje que se reclamaba en abril del '91. 3°) La Directiva de la UOM hacía ganar tiempo a la patronal discutiendo las “Quitas en el Convenio” cuando a esta ofensiva no le cabía el diálogo sino un verdadero plan de lucha. Por último se acordó que Ciudadela debía intervenir en el Congreso de la Federación de Box el 14 de Mayo.
Ante el clima reinante, Garay (como era de esperar), en una audaz maniobra desviacionista, pateó la pelota para adelante y planteó la realización de un nuevo congreso con el fin de definir nuestra intervención el día 14 de mayo.
Dicho congreso de delegados se realizó el mismo día 14 unas horas antes del programado en la Federación de Box, donde Garay intentó que se aprobara un documento (hecho por él) y designó "a dedo” a un compañero para que interviniera.
Pese a la maniobra el congreso votó masivamente agregar a ese documento (que sólo planteaba un rechazo al decreto 1334) cuatro puntos más, a saber:
1°) No levantar el Paro del 19 y 20/5 hasta lograr un acuerdo para todas las ramas de la actividad metalúrgica.
2°) Que en el acuerdo se exija una cláusula de NO ABSORCION del 30% (yaque la mayoría metalúrgica, en distintas formas, está por encima del salario básico de convenio).
3°) Coordinar el reclamo salarial con el rechazo al Plan económico del Gobierno.
4°) Que se decida en la Federación de Box tos pasos a seguir en la lucha salarial de todos (y no por ramas) los metalúrgicos.
Si bien esta resolución fue callada en la Federación de Box, la situación en Ciudadela evidencia que en el corazón metalúrgico está instalado un debate profundo de superación política ante la calamitosa actuación de la burocracia.
Beto