Esta semana, luego de dos reuniones con las cámaras empresarias metalmecánicas, el sindicato metalúrgico que comanda el kirchnerista Abel Furlán firmó, de forma inconsulta y sin convocar una sola asamblea, el primer aumento paritario correspondiente a 2023: 18% en cuotas hasta junio.

El acuerdo incluye un 10% para abril, un 8% para mayo -acumulativo- y la “promesa” de revisión para fines de junio.

Las patronales de la rama siderúrgicas rechazaron el acuerdo y la UOM amaga, una vez más, con una medida de fuerza.

El FMI ordena, el gobierno acata, la UOM acompaña

Mientras la meta del 60% de inflación anual que el ministro de Economía Sergio Massa colocó en el Presupuesto 2023 a pedido del FMI se hace pedazos (en el primer bimestre ya tuvimos 13,1% y se estima que marzo será del 7% y en aumento), la burocracia sindical no saca los pies del plato del ajuste que el gobierno de los Fernández lleva adelante.

Al pedido inicial para que los gremios cierren aumentos del 30% hasta mitad de año, convalidando un nuevo retroceso sobre salarios de miseria, le salió al paso la modalidad de paritarias cortas y en cuotas, que tampoco alcanzan siquiera a empardarle a la inflación -ni hablemos de “recuperar lo perdido”, latiguillo preferido de la CGT y las CTA que archivaron hasta nuevo aviso o las famosas sumas fijas que cuentan con el aval de la ministra de Trabajo Kelly Olmos y buscan encubrir la entregada salarial y achatarían las escalas.

En el caso de la UOM, el Ingreso Mínimo Global de Referencia llegará a 163.785 pesos recién a mitad de año, cuando en la actualidad y según el Indec la Canasta Básica asciende a 177.063 pesos (marzo). Peor suerte correrán los trabajadores en negro, que inundan las fábricas del sector y no llegan a cubrir la canasta de pobreza.

Los trabajadores metalúrgicos debemos intervenir

Para defender el salario frente a la inflación, e incluso buscar la recomposición salarial, es necesario poner las negociaciones paritarias en manos de los trabajadores, votando paritarios electos en asamblea y, con mandato de reclamo salarial, impulsar un paro nacional y plan de lucha. Por un salario igual a la Canasta Básica, con cláusula gatillo atada a la inflación. Por el pase a planta de todos los tercerizados. La subordinación política de la UOM al gobierno nacional es funcional al ajuste, a la pérdida de conquistas históricas y el deterioro de nuestras condiciones de vida. Recuperemos el gremio y pongámoslo al servicio de los trabajadores.