La planta metalúrgica Emfer, de San Martín, resultaba una pieza clave en el mantenimiento de los coches de TBA, cuya concesión perdió Cirigliano como resultado del accidente de Once. Después de dejar 51 muertos y de incinerar las pruebas de su responsabilidad en el vaciamiento, ahora la voracidad del grupo Cirigliano amenaza con cargarse los puestos de trabajo de los 350 trabajadores de Emfer.

El grupo Cirigliano -ante sus dificultades con el gobierno del que fue amigo y como ya lo hizo algunas semanas atrás en Ecotrans- se las tomó con los salarios de los trabajadores. Abonó el 50 por ciento de la quincena, no pagó los retroactivos convencionales e intentó usar el hambre de las familias obreras como prenda de negociación con el Estado. La empresa, además, no reconoce al cuerpo de delegados que ha sido validado por los trabajadores y les abrió juicio por desafuero.

Las asambleas votaron un primer pliego de reclamos: por el pago de los salarios y de los retroactivos adeudados, también por la defensa de los puestos de trabajo. Se votó también un plan de lucha -con cortes sobre General Paz- hasta que los reclamos sean satisfechos, el cual se cumplió con enorme unidad y combatividad. La UOM vino a los cortes y "apoyó" con la presencia de dos representantes; y fue muy cuestionada en la asamblea, a raíz de su pasividad.

En la asamblea se denunció que ni a Ferrovías ni a Metrovías -que ahora pasarán a gestionar las líneas de la ex TBA- les interesa que Emfer continúe con el trabajo de mantenimiento de los coches, porque cuentan con talleres propios que operan en condiciones de mano de obra barata. Los ex socios de Cirigliano en la Ugofe se hacen así cómplices del vaciamiento en TBA, mientras ningunean el mantenimiento en sus formaciones.

Después de que el gobierno kirchnerista avanzó sobre todas las cajas del Estado para sostener el régimen de subsidios, aquí también el "modelo" de los K hace agua. Las unidades productivas y de mantenimiento ferroviario como Emfer se hacen innecesarias desde el punto de vista capitalista. En la asamblea se planteó -con toda justeza- que el Estado se haga cargo de la empresa. La UOM se opone y el debate está madurando. Agregamos nosotros que es necesario un plan de recomposición del ferrocarril, la caducidad de todas las concesiones, la disolución de la UGO (ex Ugofe) -cómplice del asesinato de Mariano Ferreyra, la elaboración de un plan de inversiones por parte de los propios trabajadores y la ejecución de éste bajo su control. La UOM San Martín debe convocar a una asamblea general y votar un plan de lucha en defensa de Emfer. Que el Estado se haga cargo de la empresa y la ponga en funcionamiento bajo gestión de los trabajadores.