Sindicales

27/4/2021

UTA: ¿a dónde van los subsidios al transporte?

Daniel Peluffo- Ojo Obrero Fotografía

Las patronales del transporte reclaman mayores subsidios que estarían destinados, dicen, a afrontar los aumentos salariales que se acuerden. La UTA acompaña esta posición patronal en cada reunión por paritarias evidenciándose su total complicidad. A la par que no promueve ningún plan de lucha ni convoca a la participación de las bases del gremio en el reclamo salarial, es evidente que actúa como herramienta de la presión de los empresarios e intenta direccionar la fuerza de los trabajadores a obtener dicho fin.

Las líneas del AMBA recibieron durante 2020 $ 165 mil millones en subsidios, de los cuales $70 mil millones fueron nacionales. El presupuesto nacional 2021 los incrementa alrededor de un 30%. Sin embargo, las cámaras reclaman mayores compensaciones: dicen que la tarifa técnica (la que cubre los costos de funcionamiento) está actualmente en $97 por pasaje y alegan que en salarios consumen actualmente el 80% de esos costos operativos. Estos son algunos de los números crudos que explican el trasfondo de la paritaria.

La política del gobierno respecto a los subsidios es muy clara: pretende reducirlos y aumentar las tarifas, aunque sin condiciones políticas para un “ajustazo” en el boleto que dispare aún más la inflación y con ella los reclamos en paritarias. Aunque otorga a las patronales del transporte los millonarios subsidios que sostienen sus ganancias, esto no frena el tironeo respecto de sus montos. El acreedor privilegiado es el FMI y el capital financiero.

En este cuadro, los monopolios del transporte aumentan la concentración de líneas y diversifican sus negocios, lo cual muestra dónde van a parar los subsidios estatales que reciben. Recientemente el Grupo Metropol compró 126 has de Nogales en el Valle de Uco (Mendoza) para la producción de frutos secos, con una inversión de u$s 10 millones con financiamiento propio (Apertura, 13/4), fundando la rama “agro” del grupo empresario.

Diego Badaloni Giner, director e integrante de la familia propietaria de la empresa de larga distancia Andesmar, adquirió la cadena de comida “El Noble” con sus 90 locales propios e incluida su planta de Garín de 14 mil mts2 (Infobae, 23/4).

Muchos de estos poderosos empresarios están vinculados a negocios mafiosos y a lujos suntuosos al estilo de los hermanos Cirigliano, responsables de las 51 muertes y 789 heridos de Once. Lucas Forastieri, presidente de Atlántida (La Lujanera), poseedor una colección de autos de lujo, fue denunciado por manejar un Lamborghini a 180 Km/h.

Es paradigmático en este sentido el grupo misionero de los hermanos Zbikosky, coleccionistas de denuncias por fraudes y lavado de dinero y conocidos en el gremio como “La Negropol” por la impunidad en la superexplotación y represión de los trabajadores.

Luego de monopolizar el trasporte en su provincia (automotor y ramas ferroviarias) pasó a adquirir líneas del AMBA para su monopolio La Nueva Metropol, bajo la protección de los funcionarios de turno, entre ellos el intendente – y miembro de la UTA – Carlos Flores de Candelaria y el reciente malogrado ministro de Transporte nacional Mario Meoni. Debe investigarse por qué piden más subsidios utilizando a los trabajadores como extorción, mientras adquieren líneas menores o fundidas, promoviendo la concentración característica de los últimos años en este negocio.

Dentro de un cuadro general de obsolescencia del parque automotor, solo los grupos dominantes, aliados a automotrices y carroceras, han renovado parcialmente las flotas. Con salarios que decrecen hace años, los subsidios son absorbidos por el beneficio capitalista.

Frente a este cuadro, el clasismo plantea la apertura de los libros contables de los monopolios del transporte y una auditoría obrera independiente, para que se conozca que uso dan a los subsidios, cuáles han sido las ganancias de los grupos empresarios durante los últimos años, etc.

A la política de tarifazos, parasitismo y negociados con los fondos estatales sostenida por los gobiernos, las patronales y la burocracia sindical, le oponemos como salida la nacionalización de dicho sistema bajo nuestro convenio colectivo de trabajo actual y el control obrero.