Sindicales

22/7/2020|1601

UTA Córdoba: el paro arrancó que se garantice el 100% del salario

El intendente debe hacer cumplir el acuerdo.

Tras 21 días de huelga activa, el acuerdo alcanzado establece que se tiene que garantizar el 100% del salario y los puestos de trabajo. El acta firmada establece un compromiso de los empresarios de reconocer la deuda salarial con los choferes, mediante un plan de pago de haberes y el aguinaldo adeudado. Esto es el resultado del paro activo nacido y garantizado desde las bases, cuya lucha fue determinante para que el gobierno municipal retrocediera.

De esta manera, los trabajadores del transporte hicieron retroceder parcialmente al intendente Martín Llaryora, quien hizo votar en el Concejo Deliberante una “emergencia del transporte” que posibilita un ajuste que afecta a choferes y usuarios.

La huelga impuesta por los “autoconvocados” y los trabajadores de Ersa y AuCor tuvo múltiples medidas de lucha. Se realizaron movilizaciones, ollas populares, piquetes en la Circunvalación y en los puentes, sitiando el centro de la ciudad; a su vez, una movilización histórica al Concejo Deliberante contó con 2.000 trabajadores junto a sus familias. La intervención de UTA solo se hizo visible los últimos días, cuando ya se había consolidado una organización de lucha entre los trabajadores.

Por eso, la huelga, a pesar del aislamiento de la CGT, se sostuvo y fue ganando apoyo. En ese marco, el intendente, a media mañana de este miércoles, tuvo que bajar su ofensiva y morigerar sus pretensiones y pasar a declarar en los medios que se acordó un “convenio de colaboración por tres meses para cumplir con las deudas con los trabajadores y establecer un plan de contingencia”. Entre los principales puntos del acta firmada se establece el no aumento de la tarifa, el pago del aguinaldo en tres cuotas, el pago de la totalidad de la deuda salarial, que en algunos casos asciende a los 160.000 pesos. El salario único se pagará el 4 de cada mes para que coincida con el ingreso de los subsidios y desaparecería el vale que se pagaba el 20 en forma de adelanto. A su vez, se modificarán las licencias complementarias con adelanto de vacaciones sin jornadas reducidas.

La pérdida más significativa es que los compañeros que están en el uso de su licencia por ser personal de riesgo frente a la pandemia no cobrarán el viático: una suma que representa aproximadamente el 15% del salario. Esta medida, a pesar de ser ilegal, está siendo implementada por la mayoría de las patronales del país. A pesar de que nunca se discontinuaron los subsidios y que las empresas que explotan el Transporte Público de Pasajeros (TUP) han amasado fortunas, los trabajadores del volante han perdido su salario, sus obras sociales e inclusive han sido reprimidos en varias ocasiones.

Vale decir que Llaryora, privándoles a los trabajadores del sueldo y cobertura médica, intentó hacer pagar la factura de años de vaciamiento del TUP a los principales perjudicados por este vaciamiento: trabajadores y usuarios. Esta “emergencia del transporte” establecía una desregulación total del sistema: reducción de frecuencias, disminución de recorridos, aumento del boleto y una modificación unilateral del Convenio Colectivo de Trabajo que incluía reducción salarial, disminución de las horas de trabajo, remuneración y futuros despidos.

El hecho de que Llaryora acepte un acuerdo solo por tres meses, tiene que ver con que pretende descomprimir para ir nuevamente contra la organización conquistada entre los choferes y trabajadores del transporte. Se trata de un acuerdo provisorio, que al momento de cerrar esta edición, en las empresas Ersa y Aucor entraron en dudas por interpretaciones distintas en torno de la forma del pago de salarios adeudados. Con la finalidad de arribar a un acuerdo se desarrollaba una reunión en la municipalidad.

El mismo movimiento que hizo retroceder a Llaryora tiene tres meses para consolidar lo obtenido y conquistar el pliego de reclamos que estuvo presente en las asambleas: actualización salarial frente a la inflación 2020, pase a convenio de los 32 compañeros contratados, plena vigencia del convenio local, reincorporación de los compañeros despedidos. Esta tarea, que se tiene que desarrollar sin romper el frente único logrado, está en manos de los que pusieron en pie esta lucha: el activismo y los autoconvocados.