Sindicales

26/3/1992|353

UTA: Crece la bronca

Los trabajadores del Expreso Quilmes —una de las líneas más importan­tes de la zona sur del conurbano— vienen aplicando un masivo “retiro de colaboración". El rechazo a las horas extras respalda un pedido de aumento salarial y enfrenta el apriete patronal para ampliar los servicios y socavar la huelga ferroviaria. Al mismo tiempo ha surgido un movimiento de delegados y activistas “autoconvocados” que se oponen al acuerdo firmado por la direc­ción de UTA con las patronales, y que se expresó en particular en cabeceras de línea de la zona norte.

Ese acuerdo es toda una entregada. El básico conformado (básico, presentismo y boletera) pasa a ser de 373,40 a partir del 1a de enero, un aumento ape­nas del 6% (4% sobre el básico).

Como la inflación “oficial" acumula­da desde noviembre, cuando se inició el reclamo, hasta febrero, estará por enci­ma de esta cifra, la UTA ha firmado una nueva reducción del salario y sin fecha para una nueva discusión. El acuerdo establece un aumento del presentismo en cuotas que se cobrará desde abril hasta setiembre, y que significa menos del 1% mensual en el total del sueldo.

La burocracia pacto, además, una alteración perjudicial “fundado en ra­zones de estacionalidad o tempora­da y con el fin de mejorar la produc­tividad del sector a través del mejor aprovechamiento de equipos, unida­des de transporte e instalaciones puede resultar necesario otorgar vacaciones anuales al personal en períodos distintos a los indicados en el artículo 154 de la ley 20.744 (t.o)”.

Se ha formado una comisión donde las patronales pretenden “consen­suar” la liquidación de otros aspectos del convenio, como los dos choferes por micro en larga distancia o la modifica­ción de horarios y jornadas.

“Autoconvocados”

En los plenarios de delegados y activistas de una docena de líneas de distintas zonas que se han realizado para discutir la política a seguir ante esta situación, con la presencia de re­presentantes, se han enfrentado dos posturas. Una de ellas afirma que la oportunidad de organizar un reclamo salarial y la defensa de las condiciones de trabajo está condicionada a la recu­peración previa de la UTA de manos de sus actuales dirigentes. Pero esta “re­cuperación" también es condicionada a “la próxima modificación de la ley de asociaciones profesionales (que) plantea una lucha entra Menem y la burocracia sindical que debe ser aprovechada", según dijo uno de sus mentores.

Varios delegados enfrentaron esta postura, al redamar la coordinación de la lucha por el salario y el convenio, lo cual exige una política y una organización independiente de la burocracia.

Mientras se discute el camino a seguir frente a la infamia firmada por la burocracia, es fundamental oponerse a cualquier trabajo extra que perjudique a la huelga ferroviaria.

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