El viernes 3, la Junta Electoral de UTE anunció la oficialización de la Lista Rosa y de todas las listas de oposición para las elecciones del sindicato el 30 de octubre. Se trata de un triunfo histórico para los docentes del gremio, en el marco de quince años de lista única y proscripción a la oposición.

La burocracia

La Celeste de UTE llegó a la dirección del gremio luego de la derrota de la gran huelga del ’88. De inmediato, encaró una modificación proscriptiva de los estatutos, que obliga a presentar más de 250 candidatos para oficializar una lista, y que el derecho de decisión de las asambleas generales y plenarios distritales quedara eliminado. Monopolizó las juntas electorales, fabricó padrones inflados y presionó reiteradamente a abandonar su candidatura a compañeros que se presentan a las listas de la oposición.

En 2004, proscribió una lista con más de trescientos candidatos. Apoyada en esta maquinaria proscriptiva, la burocracia tuvo las manos libres para entregar las reivindicaciones más sentidas de los docentes en función de su alianza con los gobiernos de turno.

Con Kirchner, la Celeste dio un respaldo total a la alianza entre Yasky y el gobierno nacional. En la Ciudad, fue una aliada firme del gobierno de Ibarra, integrando incluso funcionarios en su gestión.

El resultado de esta política es la completa liquidación del salario básico: después de jactarse de que los docentes de la Ciudad tienen el salario más alto del país -usándolo como argumento para no parar- la Celeste reconoce que hemos pasado a  ocupar el puesto número 15. También entregó las jubilaciones, pues no se movilizó contra el proyecto de “movilidad” trucha del gobierno de Kirchner. Bajo la etapa de los gobiernos “progresistas”, fue cómplice del avance del régimen de contratos en el área de educación, cuyo resultado son miles de compañeros docentes por fuera del estatuto.

Por su pasividad histórica, la burocracia es corresponsable de una educación estatal en crisis, con escuelas sin gas y que se caen a pedazos, salarios de miseria y flexibilización laboral.

Con Macri, la Celeste maneja la bronca salarial de los maestros con un sistema de paros aislados. Con ello, preserva también al gobierno nacional: la burocracia es consciente de que una victoria salarial en la Capital reforzaría las luchas docentes de todos los distritos contra el gobierno de Kirchner y sus gobernadores. En aras de ello, renuncia a torcerle el brazo a Macri.

Nuestra campaña

La presentación y posterior oficialización de la lista Rosa es, por una parte, el resultado de un trabajo sistemático de varios meses, que permitió reunir a más de trescientos candidatos en todos los distritos escolares de la Ciudad. Pero la concreción de la lista es también un síntoma poderoso del ánimo de la docencia porteña.

La oficialización puso de manifiesto una crisis interna de la burocracia, entre el ala lozanista y el ala de Yasky. El sector de Lozano renunció a romper con la lista de Yasky -Nenna: prefirió una “abstención” de bajo perfil, para seguir respaldando a la Celeste.

A partir de la presentación de la lista, está planteada una estructuración masiva de compañeros. La campaña se va a desarrollar en medio del actual conflicto salarial, en el que la Rosa se desempeña como factor activamente. Llamamos a votar a la Rosa, por una UTE de lucha e independiente del Estado, por un salario igual a la canasta familiar y por el 82 por ciento móvil para los jubilados; por una reforma en asamblea general del estatuto de la UTE. Por el ingreso al estatuto de todos los compañeros contratados. Por una Ctera democrática, de lucha e independiente del gobierno. Llamamos a todos los compañeros docentes a sumarse a la campaña.