Sindicales

1/7/2020

Vaca Muerta: petroleros en riesgo

La conducción sindical pide anular la cuarentena.

El 10 de mayo pasado, el jefe de Gabinete y la ministra de Salud de la provincia de Neuquén, emitieron la Resolución Nº 24/20, por la cual fijaban un protocolo de bioseguridad para la actividad hidrocarburífera.


Basado en los DNU nacionales y en la declaración de emergencia sanitaria por 180 días del gobierno provincial, se establecen medidas como el aislamiento (cuarentena) por 14 días para aquellos operarios que provengan de zonas con transmisión comunitaria.


A partir de la apertura del 90% de la actividad económica en la provincia y del incumplimiento patronal de las normas de bioseguridad en los lugares de trabajo habilitados (hipermercados por ejemplo) o lugares de riesgo (clínicas por ejemplo), así como el nulo control de parte de los organismos estatales sobre los protocolos que el propio Estado establece, finalmente el gobierno tuvo que reconocer lo que era “vox populi”: en Neuquén hay transmisión comunitaria.


Esto ocurrió hace ya más de una semana. Ya hay casos de contagios en los yacimientos y los propios obreros denuncian la violación del protocolo por parte de las empresas operadoras, contratistas y subcontratistas. La Agrupación Obreros del Petróleo se hizo eco de estas denuncias que fueron publicadas en nuestra prensa.


Sin embargo, ante tantas evidencias, el burócrata que dirige el sindicato, Guillermo Pereyra, en vez de exigir que se cumplan a rajatabla las normas de bioseguridad laboral, se asocia una vez más con las patronales contra los intereses y la vida de los petroleros. Es que Pereyra, acaba de solicitar, junto a las empresas, que no se aplique la cuarentena para los trabajadores que desde la Capital y zona de influencia (con transmisión comunitaria) se trasladen a los yacimientos a cumplir su turno.


Esto y fumar dentro de un polvorín es lo mismo. Porque sin esa cuarentena de 14 días que establece el protocolo, más las violaciones a la bioseguridad de parte patronal, son el caldo de cultivo (literal) para los contagios en los lugares de trabajo y descanso de los petroleros.


Salvando el costo del capital


La dirección del sindicato, como es su guía de actuación, trata de ahorrarle costos a las patronales. Es que con la cuarentena obligatoria en el yacimiento y la baja en la cantidad de alojados por trailer, departamento o piezas de hoteles, las empresas deben erogar unas chirolas más.


Pero ni eso quieren hacer y Pereyra las banca y colabora con ellas: “con los actuales precio del gas y el petróleo es inaplicable esta medida y es por esto que planteamos a provincia que no se exijan los 14 días de cuarentena”, dijo (Río Negro, 30/6).


Y el gobierno provincial, otro socio de las patronales, se apresta a flexibilizar las condiciones de bioseguridad y saltar el cumplimiento de la cuarentena. Según la propia nota del diario, se estudian medidas que no resuelven el contagio, pero que ahorran las chirolas a las petroleras. Por ejemplo, que los grupos que lleguen a cumplir un turno y provengan de la zona con transmisión comunitaria no tengan contacto con otros grupos de laburantes. Lo cual es casi imposible por un lado, pero además, si esto fuera posible no evita el contagio dentro de ese grupo que luego regresa a sus domicilios y sus actividades personales, abriendo la puerta a acelerar el contagio comunitario.


Tampoco es cierto lo que dice el burócrata acerca de que cumplir con la cuarentena implica que el obrero deberá estar 28 días fuera de la casa (14 en cuarentena y 14 en el turno). Esto se resuelve aplicando un turno de 7 días y 14 de cuarentena. Pero esto también es costo para las empresas, y se trata de evitar.


En síntesis, el ahorro de costos y la preservación de la ganancia del capital, arrojan a los petroleros a la posibilidad de un brote en los propios yacimientos. Y la dirección del sindicato será cómplice.