Sindicales

8/5/2003|799

Vamos a derrotar el fraude

Luego de tener que duplicar la cantidad de candidatos requeridos (38) y cuadruplicar los avales exigidos (49) en un gremio arrasado por la desafiliación masiva.


Luego de reemplazar a los compañeros apretados por los empleados de Barragán, por compañeros a prueba de cualquier apriete.


Luego de enviar varias cartas documento a la Junta Electoral Nacional y una Carta Abierta reclamando el derecho a presentar una lista opositora.


Luego de todo esto, el Frente de Recuperación Gremial, Lista Celeste, ha sido oficializado para las elecciones de la Asociación de Trabajadores del Estado (Ate) a realizarse el 21 de mayo.


La fuerte resistencia de la Junta Electoral barraganista se explica por la superioridad en materia de programa y representatividad de nuestros candidatos, que han encabezado todos los conflictos gremiales: Pedro Martín, electo dos veces como delegado general del Materno; Virginia Iturbe, electa por sus compañeros como delegada paritaria del Anses y miembro del Consejo Directivo Nacional; Gonzalo Gallardo, electo dos veces como delegado general del Hospital Regional; Juan Gómez, ex dirigente de Ate Neuquén; Ricardo Núñez, tres veces electo delegado general del Materno; Sara Ferreiro, ex secretaria general de Ate Mar del Plata.


Esta es además una lista poblada de delegados y activistas de Educación, Anses, Inidep, Ine, que le gana con los ojos cerrados a la Lista Verde, conformada por los empleados de Barragán.


 


Un manotazo de ahogado


Frente al fracaso del intento de proscribirnos, Barragán ha recurrido a triplicar el padrón de afiliados con la pretensión de tomar de idiotas a la lista opositora y a todos los afiliados reales.


Del análisis de la “inflación” del padrón queremos destacar:


1) 55 “afiliados” del Liceo Moyano, cerrado hace 6 años.


2) 300 “afiliados” en el Casino e Inidep, que en realidad son militantes y afiliados a gremios que pertenecen a la Cgt.


3) Unos 200 “re afiliados” falsificando el último número de documento (para que no les vaya el descuento sindical).


4) 60 “afiliados” que figuran como trabajadores de la Subsecretaría de Trabajo (cuando en realidad son 28 compañeros beneficiarios de planes sociales, junto a sus familiares). En este punto el padrón de afilados de la Subsecretaría totaliza 89 habilitados para votar, siendo que la planta es de 29 trabajadores, de los cuales 12 son afiliados a Ate. ¿Qué tal?


Todo este mamarracho nunca podría pasar desapercibido para una lista opositora (el conocimiento de los actuales 700 afiliados es una consecuencia elemental de nuestra militancia sindical).


 


¿A qué jugamos?


De la lectura del padrón de Ate Mar del Plata podemos extraer varias conclusiones. La primera de ellas es que el barraganismo está agotado irremediablemente. La pretensión de “pasarse de vivo” lo conducirá a un escándalo político y legal de proporciones.


La Celeste ya ha superado cada una de las trampas y chicanas estatutarias arrancando su oficialización. Frente a la negativa de la Junta Electoral de hacerse cargo del padrón definitivo, mediante su firma, el Frente de Recuperación Gremial ha certificado ante escribano público el padrón expuesto, transformándolo en documento público.


Están dadas las condiciones para arrinconar – mediante la más amplia difusión, acciones legales y la movilización de los trabajadores estatales – , a la súper trucha directiva de Ate Mar del Plata y colocar a los verdaderos representantes de los trabajadores al frente de su organización gremial.


Pero la cosa no queda acá. La publicación en Internet de la última acta de la Junta Electoral Nacional especifica que el único requisito para votar es la presentación del DNI (y no el recibo de sueldo que acredita la cotización sindical). Es decir que en Ate votaría todo aquel que De Gennaro quiera.


El intento de fraude marplatense, por aquello de que “para muestra basta un botón”, podría poner en tela de juicio las elecciones seccionales, provinciales y nacionales de Ate y – ¿por qué no? – las inminentes elecciones de la Cta.