El martes 12 de mayo el gremio bancario realizó un rotundo paro general, que se da en el quinto mes de paritaria vencida con un acuerdo provisorio que apenas pasa el 23% para el escalafón inicial y resulta absolutamente menor para el resto.

 

El acatamiento fue total y coronó la medida con una movilización en la cual más de 1.000 bancarios marcharon por el microcentro porteño.

 

Previamente, habían sido convocadas asambleas con interrupción de tareas durante las dos últimas horas de atención al público. Mientras el aparato del sindicato -es decir las comisiones internas y las autoridades de la seccional Buenos Aires- marchaban por el microcentro.

 

El actual conflicto encuentra al gremio movilizado de lleno para enfrentar el techo que intenta ponerle el gobierno de Cristina Kirchner y el “gorila Kicillof”, según la definición del propio Palazzo. 

 

La mayor dificultad que enfrentamos los bancarios para conseguir el aumento es la ausencia de un verdadero plan de lucha, ya que luego de tres meses de paritaria empantanada, nos urge votar en asambleas la continuidad con un paro de 48 horas inmediatamente. Permitir que la bronca expresada en las movilizaciones por la base bancaria se desinfle, constituiría un verdadero crimen.

 

Sobrevuela en todo el gremio un profundo repudio a la política del gobierno nacional, que con modificaciones cosméticas a la escala del impuesto a las ganancias, pretende seguir limitando nuestro reclamo salarial. Los bancarios queremos no menos de un 40% en paritarias, la derogación del impuesto a las ganancias y que las patronales se hagan cargo mientras tanto, por el ingreso de personal en todos los bancos, por el fin de los despidos en el Banco Hipotecario y en todo el gremio, por el pase a planta de todos los precarizados, por la defensa irrestricta del convenio colectivo de trabajo 18/75.