Los paros progresivos, de 24, 48 y 72 horas semanales, han tenido un alto acatamiento y las movilizaciones han sido muy importantes; de la última, el 27 de marzo, en Campana, participaron, además de trabajadores de Siderca, delegaciones de San Nicolás, La Matanza, Santa Fe y otras seccionales.

Hay una clara voluntad de lucha de la base que entiende que la oferta de la cámara patronal -15% para diciembre y 13% para enero y febrero, todo sobre la escala de noviembre y no acumulativo- orilla la provocación. El básico para un operario calificado es 323.444 pesos, con el aumento del 25,5% recibido en enero para la Rama 17 (metalmecánicas y línea blanca). Las poderosas empresas de la Rama 21 (Techint y Acindar) se niegan a otorgar estos aumentos mínimos, aunque sus ganancias han sido siderales, producto de la caída sistemática del “costo salarial” (un 40% desde 2015), el aumento de los precios del acero -un 300% durante el año pasado y más del 100% en la era Milei- y el diferencial de la devaluación.

Acindar, del Grupo Arcelor Mittal, principal multinacional productora de acero del mundo, directamente frenó su producción hasta el 8 de abril y no realizó ningún anticipo a cuenta como otras patronales, exigiendo para eso avanzar con la reducción de planteles y suspensiones a la baja (ya firmó con la UOM un plan similar para el personal tercerizado).

La recesión -producto de la paralización de la obra pública, los tarifazos y la inflación sin control- es el argumento de las patronales para justificar su intransigencia. En realidad, es una voz de orden para toda la clase capitalista, que viene por la reforma laboral y la eliminación de conquistas históricas. Con el aval del gobierno, dilatan la negociación sin perspectivas de resolución, para desgastar a los trabajadores.

La Secretaría de Trabajo, encabezada por Julio Cordero y copada integralmente por hombres de Techint, hace su parte rechazando homologar acuerdos por encima del techo fijado por Caputo del 14% en marzo y 9% en abril.

Paro activo indeterminado en Villa

Hasta aquí, el plan de lucha se desarrolló con la abrumadora mayoría del gremio (la Rama 17) en conciliación obligatoria, con Acindar paralizada, despidos (7 mil, según el propio Furlán) y el salario congelado desde noviembre. A punto de vencer el plazo de negociación de la paritaria 2024, tras las 72 horas de paro de la semana pasada, la única medida anunciada por el secretariado nacional es el cronograma de Marchas por la Dignidad, que continúa el 4, en San Nicolás, y el 11, en Villa Constitución. La disposición de lucha por abajo choca con la ausencia de una orientación clara y un compromiso de la burocracia que deja librado todo a la iniciativa de los delegados.

La novedad importante de estos días es que la UOM de Villa, acuciada por una situación más crítica, lanzó en simultáneo con la movilización allí, el comienzo de un paro activo indeterminado. Es una respuesta correcta que puede empujar el plan de lucha a una nueva fase, la huelga general metalúrgica, reclamada por amplios sectores la base. Hay que impulsar asambleas y congresos para unificar el conflicto en toda la UOM; una asamblea general de todos los metalúrgicos que voté la huelga indefinida y una gran movilización a Plaza de Mayo; por un salario que cubra la canasta familiar, el fin de los despidos, el pase a planta permanente de los contratados y tercerizados y la defensa del convenio; superar la política de la CGT de “conflictos sectoriales” que solo agotan al movimiento obrero, con un paro nacional con continuidad, hasta derrotar a Milei y su plan motosierra.

https://www.prensaobrera.com/cultura/el-rol-de-acindar-y-techint-bajo-la-dictadura-desenmascarado-en-un-gran-documental