Sindicales

13/12/2007|1021

Victoria en Parmalat

El Ministerio de Trabajo ordena la reincorporación de los despedidos

El Ministerio de Trabajo resolvió la conciliación obligatoria en Parmalat, volviendo la situación al momento previo a los despidos y traslados resueltos por el vaciador Sergio Taselli. A estas horas, los despedidos (tres, incluyendo dos compañeros con fueros gremiales) y los trasladados a la planta fantasma de Carapachay (treinta y seis) han reingresado a la planta de Pilar; los telegramas de despido (ciento veinte) han sido levantados.


La resolución del Ministerio se conoció en momentos en que se desarrollaba una movilización de la burocracia de Atilra sus oficinas de Callao y otra, de los “autoconvocados en lucha” de Parmalat, frente a la sede del grupo Taselli.


La resolución del Ministerio de Trabajo zanjó provisoriamente una crisis producida entre la patronal y la burocracia sindical, ante el planteo del grupo Taselli (con el acuerdo del Ministerio) de aplicar la ley de procedimiento de crisis, por el cual puede pagar indemnizaciones hasta el 50 de su valor de ley, a lo que se opuso el sindicato. Hasta ese momento la única política de la burocracia de Atilra era empeñarse en que los trabajadores aceptaran el despido. Este plan entró en crisis por la resistencia de los trabajadores a aceptar los despidos, en lo que jugó un importante papel la acción de los “autoconvocados en lucha”. Los “autoconvocados” realizaron tres movilizaciones en los últimos cuarenta y cinco días y mantuvieron un piquete constante de trabajadores en la puerta de la planta.


De este modo se ha abierto una nueva situación. Nada indica que la burocracia no vaya a aceptar la política del vaciador, una vez más, como “mal menor”. Hay que aprovechar el reingreso a planta del sector más combativo de los trabajadores y la crisis producida para actuar en función de un plan de lucha del conjunto para arrancar la reincorporación de todos los compañeros, el levantamiento de los traslados y, llegado el caso, la intervención del estado para asegurar el funcionamiento productivo de la planta bajo control de los trabajadores.