Sindicales

17/4/1997|535

Vigil Miente

El plan de lucha y quince días de ocupación de planta quebraron la primera gran maniobra de Vigil: el ‘cerrojo’ informativo pactado con los multimedios para ocultar el conflicto ante la opinión pública. A partir de allí, una profusa y costosa campaña publicitaria de Editorial Atlántida salió al cruce de nuestra huelga y de nuestra campaña por el “no compre” las revistas (Gente, El Gráfico, Billiken, etc.) hasta la reincorporación de los despedidos.


Vigil ya no habla más del “recurso de crisis” que presentó con el estudio Funes de Rioja en el expediente 1.001.596/97. ¿Por qué? Porque mentía. En Atlántida no hay crisis sino ampliación de la planta gráfica, con el aporte de capital de la mayor empresa impresora del mundo (Donnally y Asoc.).


Vigil habla de “cierre del taller propio de la Editorial”. Falso, miente, porque el presidente de la nueva empresa (Atlántida y Cochrane) es Jorge Terra, el mismo presidente de Atlántida. Dos veces falso, porque hoy están llamando a jóvenes en las agencias de la zona norte para ofrecerles trabajo por 320 pesos —con 12 horas obligatorias— y pelo corto sin aritos, al mejor estilo militar.


Vigil lamenta las consecuencias de la ‘reconversión tecnológica’. Miente: No ha llegado una sola máquina nueva. Además, la instalación de una nueva rotativa lleva no menos de cuatro meses. Preguntamos: ¿Empiezan a despedirnos a todos por si sobramos dentro de cuatro meses? ¿En qué cabeza cabe? No hay, por ahora, ninguna ‘reconversión tecnológica’, y si la hubiere estamos en mejor condición que nadie para capacitarnos y manejar la nueva maquinaria, pues hace 30 años que hacemos las revistas.


Dice Vigil que luchamos “un grupo de activistas”. Más adelante dice: 25 personas “arreglaron”. ¿Entonces? ¿Los otros 247 trabajadores efectivos despedidos, los 60 contratados expulsados y los 59 de prensa, somos un grupo de activistas? Esta es otra falsedad clásica de las dictaduras militares. Para ellos, en Neuquén luchan “grupos”, en Córdoba luchan “grupos”, en el Malbrán luchan “grupos”, en Corporación del Sud luchan “grupos”. Y todos pasamos a integrar el “grupo” de los tres millones de desocupados.


Dice Vigil que teníamos rehenes, a pesar de que en la ocupación ingresó la jueza que lleva el caso, a pesar de que entraron diputados, dirigentes sindicales, políticos y eclesiásticos, a pesar de que la policía el 1º de abril estuvo 10 horas en la planta hasta que logramos expulsarlos. Nadie, salvo Vigil, vio los rehenes, otra de sus mentiras.


Vigil dice ahora que tiene un “plan de retiros voluntarios”. ¡¡Qué cinismo sin límites!! Nuestras familias han recibido media docena de telegramas de despido y recontra-despido mientras Vigil habla de estos retiros voluntarios. Vigil miente hasta el delito, por eso no firma las notas en sus revistas donde dice todo esto.


Vigil dice que en el momento del desalojo había “gente extraña”. Es cierto, estaban con nosotros el secretario general de la Confederación Gráfica Chilena, el presidente del Sindicato de Artes Gráficas del Uruguay, un representante de la Federación Brasileña y los secretarios del sindicato gráfico de Cochrane de Chile.


Todos ellos, con FATIDA (Federación Gráfica Nacional) y con el cuerpo de delegados gráficos, son la unidad argentina y latinoamericana de esta lucha —con esa unidad y el apoyo de decenas de sindicatos, delegados y Comisiones Internas, nos apoyaron más de 1.500 compañeros en nuestra última movilización.


A Vigil le decimos la única verdad. Continuamos nuestra lucha desde la olla popular en puerta de planta, hasta la reincorporación de todos los despedidos.