La empresa Murata ha sido denunciada por su responsabilidad en la muerte de al menos tres trabajadores de vigilancia desde el inicio de la pandemia, todos ellos en la zona de Retiro. El caso más impactante es el de Miguel Olmedo que, con 64 años, a dos meses de jubilarse y con afecciones cardíacas crónicas, fue trasladado a la Villa 31 en pleno brote, en represalia por haberse tomado 14 días de licencia que le correspondían por pertenecer a grupo de riesgo.

El día 20 de marzo al decretarse la cuarentena, los trabajadores de Murata, frente a la declaración de su actividad como servicio esencial y al no recibir ninguna indicación ni elementos de protección personal, decidieron un cese de actividades y se concentraron en la cabecera del ferrocarril San Martín. Hacia el mediodía se habían sumado compañeros del turno tarde a la espera de una respuesta de la patronal. Entrevistamos a 4 de los 6 despedidos en represalia por participar de la medida.

¿Cómo se inicia la medida?

Rodrigo: Nos enteramos que los compañeros del turno mañana se estaban concentrando en Retiro para pedir barbijos, alcohol en gel y un protocolo de medidas a cumplirse. Los compañeros que estábamos en las estaciones del ferrocarril San Martín nos fuimos sumando y cuando llegamos a Retiro éramos unos 70 vigiladores esperando la llegada del gerente Yamil Gonzalez. Mientras tanto el subgerente Soria amenazaba a todos con la policía, tratando de impedir que algun compañero filmara la situación. Apareció uno del sindicato pegó cuatro gritos y se fue.

Germán: Luego apareció el gerente, que rechazó la necesidad de elementos o protocolos, repartió algunos barbijos de friselina dando por terminada la reunión, se acercó a los que hicimos preguntas o cuestionaban y señalándonos con el dedo nos avisó que estábamos con licencia los siguientes 5 días. Al no recibir ninguna notificación, nos presentamos en nuestros puestos de trabajo donde nos hicieron echar por la policía. A mí me citaron a la sede de la empresa, me obligaron a dejar el celular antes de atenderme, aunque ellos sí filmaron toda la reunión y después me apretaron para cambiarme de objetivo, mandándome al Hospital Argerich, a más de dos horas de viaje de mi casa y encima obligándome a trabajar doce horas. Era una clara medida para desgastarme y que me fuera.

Manuel: A mí me despiden porque quise filmar lo que decían los gerentes. A todos nos quisieron hacer firmar un papel donde decía que Murata había hecho un curso sobre el Covid y que teníamos todos los elementos de higiene y seguridad, cosa completamente falsa. Nos negamos a firmar. A mí también me sacaron con la policía cuando quise tomar servicio.

¿Cuál era el sindicato que se presentó?, ¿hay delegados?

Rodrigo: El sindicato es UPSRA(Unión Personal de Seguridad República Argentina), pero después de hablar se fue con el gerente. Hace dos años varios compañeros quisieron elegir delegados, fueron a este gremio y presentaron los nombres de los compañeros que se querían postular. Al otro día la empresa los echó. UPSRA los buchoneó.

¿Qué opinan de sumarse a la campaña de denuncia contra Murata, por las muertes y los despidos?

Germán: Nos parecieron muy buena las denuncias sobre Murata que se hacen en el boletín (de la Agrupación de Trabajadores de Vigilancia), por eso y para ampliarlas queríamos hacer esta entrevista y trataremos de concurrir al plenario de la Coordinadora Sindical Clasista que se hace este sábado (25/7).

https://drive.google.com/file/d/1_lxZ_rpqT_QN1IQiP2DCy94tH_t1joc4/view?usp=sharing

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