Sindicales

30/4/2021

Vitivinícolas: un paso adelante en la lucha salarial

Lo conquistado es fruto de la lucha autoconvocada.

La dirección sindical de Foeva (federación vitivinícola) ha establecido un acuerdo con las patronales del vino que es superior a lo que inicialmente ofrecían, pero sensiblemente menor al 100% que se reclamaba desde las bodegas y fincas.

Es claro que las patronales tomaron nota del parazo nacional, garantizado la paralización de las fincas con piquetes en puertas de bodegas y las movilizaciones. Todo impulsado por las autoconvocatorias de base.

Los resultados de la paritaria no son un triunfo en toda la línea, pero constituyen un paso adelante en la lucha de los trabajadores del vino en defensa del salario.

El acuerdo

La Foeva ha hecho girar actas (aún no oficializadas) con el anuncio de un aumento del 57% para los trabajadores vitivinícolas. Este sería del 47% al básico, en cuatro cuotas, desde mayo de 2021 a febrero de 2022 y otro 10% con aumentos de los ítem no remunerativos, es decir en negro.

Este “acuerdo” -tengamos presente que no existen actas firmadas, por lo tanto no existe certeza de que sea real- está bastante por debajo del reclamo del 100% de aumento, el cual llevaría a los trabajadores al límite de la línea de pobreza. Un aumento que los bodegueros que se llenan los bolsillos vendiendo en dólares y euros al exterior claramente están en condiciones de pagar. La crisis para este sector ha significado una oportunidad para acrecentar sus ganancias, como lo demuestran el aumento de exportaciones y de su valor.

Lo que Foeva habría firmado es sin ningún tipo de consulta a los trabajadores, sin mandato. Toda la negociación se realizó entre cuatro paredes y a espalda de todos los trabajadores del vino. La delegación sindical de la paritaria no contó con ningún representante de la extensa movilización autoconvocada, a lo largo de todo el país

Desde la declaración de la conciliación obligatoria, la burocracia de los Soevas (sindicatos vitivinícolas) comenzó una política de desmovilización de los compañeros, que incluyó hacer la vista gorda a los aprietes patronales e incluso el despido de contratados. Para los trabajadores en lucha, la conciliación buscaba poner un freno al reclamo salarial, mientras que para la patronal significó un aval para contra golpear.

El accionar de Foeva y los Soevas claramente se ha alineado a defender el interés patronal y “descomprimir” la bronca y movilización autoconvocada de la base vitivinícola.

Contra la patronal y la burocracia, arriba del techo salarial

Hoy el sueldo testigo de un trabajador de bodega es de $28 mil, el anuncio de este aumento rompe el techo inicial que buscó imponer la patronal, del 30%, también en cuatro tramos. En el mejor de los casos recién en febrero de 2022 el salario testigo pasaría a ser de $44 mil, con una inflación que ya nadie duda se ubicará en el orden del 50%.

Esta misma situación vale para quienes levantan la cosecha, ya que el piso fijado quedó en $22, el mismo valor miserable de las últimas temporadas. Con estos valores está en duda que alguien quiera trabajar la cosecha 2022, incluidos los trabajadores golondrina que no viajaron la última cosecha por el bajo valor del tacho y el abandono que sufrieron quedando varados semanas en plena cuarentena en 2020.

Con todos estos límites las patronales y la burocracia se vieron obligados a superar el 31% que se había acordado nacionalmente como aumentos salariales por las cámaras patronales y las burocracias de todas las centrales sindicales.

¡Un paso adelante!

Sin lugar a dudas que el acuerdo significa un paso adelante en relación a la miseria que ofrecían las patronales originalmente, pero no es todo lo que se reclamaba.

La pelea salarial ha creado una nueva situación en la industria del vino. A la luz de la pelea por salario, ha quedado en claro que las direcciones sindicales están del lado de los patrones ricos y dolarizados. También ha quedado en claro el poder de los trabajadores mediante la coordinación y autoconvocatoria de delegados y activistas de base a los largo de todo el país. Está planteada la necesidad de una nueva dirección para los Soevas, que lleve el método de las autoconvocatorias al sindicato.

El acuerdo de las patronales con la burocracia no cierra el reclamo salarial. Este debe ser desarrollado por otras vías que preparen la recuperación de las organizaciones obreras.

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