Los mineros de Río Turbio iniciaron un plan de lucha por el cobro de la bonificación anual y otras reivindicaciones. Los paros de dos horas por turno con el acompañamiento de los contratados, virtualmente paralizaron la producción. La patronal, para quebrar la lucha, decidió despedir a 4 contratados, lo que generalizó la huelga y llevó a la asamblea, en boca de mina, a resolver la paralización de las cintas transportadoras y a iniciar la huelga total. Dos asambleas en el local sindical ratificaron la medida y debatieron la estrategia gremial ante el futuro de la empresa. Fue denunciada una maniobra de los ex dirigentes de la lista Verde, quienes habían firmado un acta con los intendentes y políticos patronales de la localidad comprometiendo la paz social, abandonando el planteo central votado en la asamblea de expulsión del concesionario Tasselli y la reestatización de la empresa. El gobernador Kirchner decretó la “conciliación obligatoria” para levantar la huelga minera, lo que fue rechazado por los trabajadores, profundizando la lucha. Para el martes 8, la CTA santacruceña resolvió convocar a movilizaciones solidarias en toda la provincia.