Sindicales

23/8/2007|1006

Viva la rebelión del pueblo de Maquinchao

Maquinchao es una pequeña población de la castigada “línea sur” rionegrina. La caída del precio de la lana, a partir de la década de los `60, reemplazada crecientemente por las fibras sintéticas, produjo un éxodo masivo de pobladores del que nunca se recuperó.


Su población, apenas 2.500 personas, se caracteriza por lo paciente y sufrida. Hay que serlo, sin duda, para vivir en la estepa rionegrina, con temperaturas invernales permanentemente por debajo de los —10º y que han alcanzado en años pasados los ¡-32º bajo cero! Sin gas ni leña.


En la estepa no hay leña. La poca que llega la provee la Provincia. Es el denominado “Plan Calor”, duramente criticado por la sobrefacturación de las empresas “proveedoras” (“socias y amigas” del gobierno), por lo escasa y la deficiente calidad de lo que entregan. La garrafa está por las nubes (40 a 45 pesos).


Hace años se instaló una red de gas domiciliario promocionada como la solución definitiva. Pero el intenso frío congela el gas en las cañerías. Hay que reemplazar los caños por otros especiales para bajas temperaturas y colocar vaporizadores que eviten el congelamiento, pero las empresas que tienen que aprovisionarlo y el gobierno que tiene que garantizar el servicio público no se preocupan.


Una inversión de menos de 100 mil dólares. Nada comparado con lo que se roban.


“Hartos ya de estar hartos”, las familias de Maquinchao decidieron en una Asamblea Popular ocupar las escuelas y diversas reparticiones públicas (el Municipio, el Ente para el Desarrollo de la Línea Sur, al que la población conoce como “la ñoquera”) para reclamar por las obras largamente prometidas y postergadas (incluyendo la extensión de la red a todas las familias de Maquinchao, ya que hoy llega a menos de la mitad).


El pueblo en su totalidad salió a denunciar “la falta de apoyo de los representantes del gobierno oriundos de la zona”. Así actúan los políticos patronales, al servicio de las ganancias empresarias, no de la resolución de los problemas de la población.


Los vecinos de Maquinchao han dicho que seguirán ocupando los establecimientos hasta que se inicien las obras que reclaman. Porque están cansados de versos y promesas.


Han pasado a la acción directa y si se mantienen firmes y los apoyamos van a lograr algo elemental, pero que hará sus vidas más dignas.


Basta de superganancias para los monopolios y frío para el pueblo.