La empresa ya le puso fecha a las suspensiones. Comenzarían el 18 de diciembre, en principio durarían hasta mediados de febrero y alcanzarían a todos los trabajadores. Hasta ahora se sabía que la planta cerraría entre enero y febrero por modificaciones para la producción de la nueva pick-up, que se empezaría a producir en 2009 y que, en este marco, las suspensiones que se planteaban afectarían el salario.

Pero la situación cambió por completo. La empresa cambió el discurso, y pasó a plantear que las suspensiones no sólo eran por las modificaciones sino también “por la crisis”.

Ante esta ofensiva, el Smata sólo se limitó a discutir el porcentaje del salario a pagar durante las suspensiones -que para colmo, todavía no está resuelto, y la primera oferta de la empresa fue 0% (¡!). La burocracia ni siquiera discutió el criterio de las suspensiones. Está preocupada por aislar los conflictos de las otras terminales (General Motors, Volkswagen Córdoba, Iveco).

Y de paso, las paritarias….

Durante 2008, el aumento que hubo, un 25%, estuvo por debajo de la inflación. Había quedado planteado que las paritarias se empezaban a discutir en diciembre y el primero de enero se volvían a abrir. Según la burocracia, ahora “no estamos en condiciones de discutir salarios” porque “hay que priorizar la fuente de trabajo” -y siguen- “hay que esperar que pase la crisis para hablar de aumento” (¡).

El clima dentro de la planta sigue siendo de incertidumbre y bronca por la pasividad, silencio y entrega de la burocracia. Cada vez se delibera más y se siguen muy de cerca -y se discuten- los conflictos como los de General Motors. Los delegados aparecen muy poco por las líneas, porque en muchos lugares son avasallados por las preguntas y cuestionamientos que no pueden responder.

La única salida es organizarse en base a todo lo contrario que plantea la burocracia: no a las suspensiones, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, que se reabran las paritarias ¡ya!, asamblea general