La sucursal de Walmart-Sarandí fue tomada por sus trabajadores el martes 27 tras el anuncio de 50 despidos. A los que mantuvieron sus puestos los obligaron a firmar un nuevo “contrato de pautas laborales” que no es más que un paso hacia una mayor flexibilización laboral.

 

Finalmente, el Ministerio de Trabajo bonaerense dictó al día siguiente la conciliación obligatoria por 15 días con los despedidos adentro. Tras una asamblea, los trabajadores pusieron fin a la medida. A Walmart no le alcanza con los salarios de miseria con que ha cerrado la paritaria de Comercio, sino que también quiere trabajadores que tengan tiempos rotativos cumplan multiplicidad de tareas, entre otras modificaciones.

 

Está en la misma línea general que se aplica en todo el país violando el convenio colectivo de trabajo y queriendo imponer convenios por empresa y productividad -es decir mayor explotación de los trabajadores.

 

La toma en Walmart se produjo en el mismo momento en que los obreros de Pepsico tomaron la planta contra un cierre que amenza con dejar 600 trabajadores en la calle. Los obreros de AGR-Clarín, a su vez, ocuparon la planta durante 82 días y enfrentan el cierre trucho de Magnetto.

 

Es la respuesta de la clase obrera ante el despotismo patronal.

 

Walmart no sólo remarca precios sino que también mantiene un importante capital rentista en el predio de Sarandí.

 

Hoy, los trabajadores se encuentran en lucha por la reincorporación y contra los convenios basura. La sucursal Sarandí es la punta de lanza del ajuste en Walmart. Es necesario reforzar la lucha con medidas de fuerza en todas las sucursales y preparar al conjunto del gremio para desarrollar un plan de lucha.

 

Todo nuestro apoyo a los trabajadores de Walmart.

 

Basta de despidos. Basta de flexi-bilización laboral. Reincorporación de los compañeros despedidos.