Sindicales

15/3/1995|440

Zanella: “recurso de crisis” contra los trabajadores

El martes 14, una asamblea ge­neral de la fábrica votó aceptar, sin lucha, los despidos de casi la mitad del personal (125 compañeros), con una rebaja de las indemnizaciones (del 40% en el caso de los más viejos) y el pago en cuotas.


Culmina así un doloroso proce­so impuesto a los compañeros de la fábrica, por el descarado acuerdo entre el Ministerio de Trabajo, la empresa y la burocracia de la UOM.


La empresa de los hermanos Zanella fue considerada hasta hace muy poco como uno de los “mode­los” de integración al Mercosur. Con fuertes relaciones con capita­les brasileños, Zanella fue la niña mimada de varios gobiernos (está acogida al “curro” de la promoción industrial con una planta en San Luis).


En un tiempo relativamente corto, la empresa se declaró en “cri­sis”. Antes, llamativamente, fue la encargada de promocionar en dis­tintos diarios que había quedado “enganchada” con la quiebra del Banco Extrader y que su situación, se tomaba “insostenible”. Luego de dar una profusa difusión a su situación presentó un pedido para acogerse al llamado “recurso de crisis”, rápidamente aceptado por el Ministerio de Trabajo.


La consecuencia inmediata de esta aceptación del “recurso” fue el reclamo patronal de que se despi­diera a 125 compañeros, pagando un 60% de la indemnización en 10 cuotas (en el caso de los más anti­guos). Es decir, dejar a la mitad de los trabajadores sin trabajo, aho­rrándose incluso millones de pesos en las indemnizaciones que corres­ponden.


La burocracia de la UOM en el salvataje de la patronal


Un sector de la Comisión Inter­na de la planta, “asesorada” por la dirección de la UOM de San Mar­tín, trabajó intensamente para que se aceptara la propuesta patronal, aterrorizando a los compañeros con que de lo contrario la cuestión sería peor. Los compañeros, en una pri­mera asamblea general, rechazaron los despidos y lo mismo hizo la planta de San Luis. Sin embargo, la empresa siguió con su campaña de “crisis profunda” y al semiparalizar la planta y solicitar ellos mismos la visita de la televisión para mostrar líneas paradas. El sindicato “cola­boró” intensamente en la desmora­lización del personal, no llamó a resistir los despidos, a ninguna mo­vilización ni a ningún plenario de delegados, ni siquiera para consi­derar el punto. Sacó una solicitada que era un saludo a la bandera, comprometiéndose a “defender la fuente de trabajo”, es decir la fá­brica, pero no los “puestos de tra­bajo” contra los despidos.


Un sector de la interna fue con­cierte de este proceso y planteó correctamente el rechazo de los despidos, el reparto de horas de trabajo, y paros y movilizaciones para impedir los despidos. Fue apo­yado en la primera asamblea, pero no pudo derrotar en la última el tejido antiobrero construido entre la patronal, la burocracia y el Ministe­rio, que llevó a votar, en medio de un gran temor y desmoralización la aceptación de los despidos.


Se ha puesto en marcha el de­curso de crisis” de las empresas. Es necesario sacar una clara conclusión. Este “recurso” va a ser toma­do de aquí en más por decenas de patronales para su salvataje y el despido-de miles de trabajadores. Es por eso que es necesario enfren­tar decididamente este nuevo golpe del gobierno y las patronales, des­conociendo el “recurso de crisis ¿Cuál es e/ “recurso de crisis” de los trabajadores ante los miles de despidos? Ocupar toda fábrica que despida y resistir, convocando al resto de los trabajadores y a toda la población, porque está en juego la propia vida de los trabajadores que, como en Zanella, ni siquiera se po­drán jubilar en muchos casos por­que después de los 40 años nadie se interesa ni por un obrero calificado. Sólo una respuesta contundente de los trabajadores afectados y la soli­daridad del activismo de otras fábri­cas podrá quebrar la criminal políti­ca de las patronales y sus dóciles seguidores de la burocracia sindi­cal.