Sindicales
12/6/1997|543
Zanola flexible
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Hace pocas semanas sesionó el último Congreso de la Asociación Bancaria. Fue un penoso espectáculo, donde un centenar y medio de congresales aprobaron a libro cerrado las disposiciones emanadas del secretario general del gremio. El tema del pacto entre la CGT y el gobierno ni siquiera fue considerado.
La razón de todo esto es clara. A partir del 1º de enero de este año, con las firmas de Zanola y Mario Dib (secretario gremial nacional), entraron a regir las siguientes condiciones: multifuncionalidad en todos los puestos, desconocimiento de la antigüedad bancaria para las promociones, eliminación de la falla en dólares, de la gratificación anual, modificación del régimen de licencias, pero sobre todo una modificación de la jornada de trabajo que nada tiene que envidiarle a la propuesta por Funes de Rioja, la UIA, ABRA y ADEBA: “… la jornada laboral será medida en términos mensuales, es decir, que el trabajador podrá trabajar como horas normales en un período del mes, más de nueve horas (nunca más de doce), y en otro período del mes, menos de nueve horas siempre y cuando el total del mes no supere el cómputo de nueve horas diarias”.
Dos barbaridades por el precio de una: primero, se hace tabla rasa con la jornada de 7,30 hs., que es la estipulada por el convenio colectivo en vigencia, y por la cual la Seccional Buenos Aires, pulcramente zanolista, viene encartelando las paredes de la ciudad. Y en segundo lugar, a la de por sí extendida jornada de nueve horas, se le agrega la posibilidad de ser estirada hasta doce.
“El horario de la jornada se definirá de acuerdo a las necesidades de las instituciones, de la plaza y de la estación del año”. Evidentemente, la necesidad de descanso psicofísico de los trabajadores, su contacto con su grupo familiar o la realización de otras actividades, como estudiar, también se definirán, de acuerdo a las necesidades de la empresa. Y además, obviamente, a esta altura el pago de las horas extras es un recuerdo.
Los trabajadores bancarios necesitamos organizarnos para dar respuesta a los avances patronales, a la flexibilización, el congelamiento salarial, los despidos. Y para esto es imprescindible enfrentar también a la burocracia socia de los banqueros.