Los compañeros de Zanón de­nuncian una escalada para desalojar la planta. El go­bierno de Neuquén presentó un plan en el juzgado donde está radi­cado el concurso, que plantea que los 400 trabajadores abandonen la fábrica y 240 se dediquen a cons­truir casas prefabricadas a través de un microemprendimiento.

Esta ofensiva coincide con la re­nuncia del juez de la quiebra, Páez Castañeda, y de la interventora nombrada en su momento por éste.

Sus reemplazantes, de acuerdo a los transcendidos, serían partidarios de una política menos contemporizadora. Además, el concurso ha en­trado en su etapa defínitoria, pues el juzgado ha fijado fecha para la convocatoria de la junta de acree­dores. En ésta se determinará el fu­turo legal de la fábrica: si continúa en manos del viejo empresario va­ciador o de otros grupos capitalis­tas, o se marcha a su liquidación y desmembramiento.

Esta escalada se produce en momentos en que los obreros de Gatic, de Pigüé, acaban de ser de­salojados violentamente de su planta. Lo mismo viene de ocurrir con los compañeros del Hotel Nógaro de San Juan. Un editorial de La Nación presenta a Zanón co­mo “un caso emblemático”, que ex­pone “claramente la incapacidad de la Justicia para remediar si­tuaciones prolongadas en las que está afectado el derecho de pro­piedad” (La Nación, 24/5).

Todo esto ocurre cuando esta­mos en vísperas del vencimiento de las leyes de expropiación en dece­nas de fábricas; o sea que van a acentuarse las presiones para ha­cerlas caducar.

Los compañeros de Zanón han hecho una convocatoria para el vier­nes 20 de agosto en el Hotel Bauen para discutir un plan de acción en común en defensa de la gestión obrera de la fábrica.