Sindicales

8/11/2001|728

Zanón: La punta del iceberg obrero

La jueza laboral que había autorizado la permanencia de una “guardia obrera” dentro de la fábrica Zanón, tras una nueva audiencia donde la patronal continuó con su posición de lock-out, decidió finalmente dictar el embargo sobre parte de la producción en stock para venderla y de esa manera pagar los salarios adeudados. Es un triunfo obrero que permite un respiro en el ahogo monetario con que la patronal pretendía quebrar la heroica huelga que mantiene la toma de la fábrica y el campamento obrero a su ingreso.


Pero se trata de reabrir la fábrica a la produccón.


Los obreros reclaman que el Estado neuquino garantice la provisión de gas para poner en marcha nuevamente la fábrica, bajo el control obrero.


El gobernador Sobisch se niega a dar ese paso en complicidad con el lock-out patronal.


El martes los obreros de Zanón marcharán al centro de la ciudad para exigir que el gobierne garantice la provisión de gas para producir.


El mismo martes, los obreros de la planta de Agua Pesada (la otra fábrica de importancia de la provincia) también estarán movilizados para reclamar contra el cierre de la misma, condenada por el “déficit cero” y el incumplimiento del crédito comprometido por el gobierno nacional a través del Banco Nación.


Una asamblea general de los petroleros denunció que las empresas han comenzado con despidos y que Repsol no cumple con lo que prometió cuando se alzó con la prórroga del contrato de concesión por Loma de la Lata.


Tampoco cumple De la Rúa-Cavallo con las transferencias del pacto fiduciario ni con la cuota de coparticipación.


Uno tras otro, los municipios van admitiendo una situación de bancarrota. Al caso de Plottier (ver nota) se suma Zapala y Centenario.


Ninguno puede afrontar los pagos a sus empleados y mantener a la vez un mínimo de actividad y de obras.


Hoy Sobisch dice que “Neuquén no es una isla” e invoca la “comprensión” de estatales y docentes para que acepten bonos como pago de salarios. Pero las asambleas generales de la CTA ya tienen una consigna votada: ni un peso menos de salario.


Con los obreros de Zanón y Agua Pesada en la calle. Con los petroleros en “alerta y movilización” y la Uocra reclamando obras, y con un movimiento de desocupados en recomposición, es necesario convocar a un Congreso de trabajadores y desocupados para votar un plan de lucha que marche a la huelga general hasta imponer los reclamos de los trabajadores.