Sindicales

16/7/2020

Zucamor y Smurfit, los papeleros reaccionan por su salud

Gran cantidad de casos positivos se dieron en diferentes fábricas papeleras de la Provincia de Buenos Aires

En las últimas semanas una gran cantidad de casos positivos se dieron en diferentes fábricas papeleras de la Provincia de Buenos Aires, rubro que desde el inicio de la cuarentena fue catalogado como trabajo esencial por estar relacionado con lo alimenticio y productos de higiene.

Recientemente en Arcor (ex Zucamor) Ranelagh trascendió que hubo cinco trabajadores contagiados de Covid -9 y decenas de testeos en espera de resultados. La patronal intentó esconder la situación, pero la preocupación de los trabajadores al ver cómo se contagiaban sus compañeros, sin que se tomaran acciones concretas de prevención, derivó en reclamos de la base que alcanzaron conocimiento público en los medios locales. Esto generó que el gremio “interviniera” mediante un comunicado de la Federación del Papel en el que se adjudicaba haber parado la fábrica.

Algo parecido sucedió en Smurfit Kappa Bernal, donde hasta la fecha hay ocho trabajadores contagiados del sector de continua, casos que se dieron en cuestión de días. También los trabajadores presionaron a su modo al gremio para detener la producción, en vista de que la empresa, como medida preventiva, solo había aislado un turno continuando las actividades del sector como si nada. Lo mismo había hecho Arcor Ranelagh.

Debido a esta situación a comienzos de esta semana se realizaron los testeos a todos los trabajadores del sector que aguardan los resultados mientras la patronal presiona y arma esquemas de dotación mínima para volver a reanudar la producción generando un fuerte rechazo de los trabajadores.

En ambos casos, la principal preocupación de las patronales es la continuidad de la producción a costa de la salud de los trabajadores papeleros, algo conocido en la industria papelera desde mucho antes de la pandemia, ya que se conocen varios compañeros que han perdido la vida por accidentes laborales por responsabilidad, en primer lugar, de las empresas.

En las redes sociales la Federación del Papel sacó diversos comunicados y fotos, adjudicándose el protagonismo en acciones gremiales en los establecimientos. En uno de los tantos escritos Ramón Luque, secretario general, señala que “en primera instancia, las empresas son reacias a acatar las normas vigentes para enfrentar la actual situación de pandemia”, y sigue el comunicado “para algunos sectores patronales es más importante un kilo de papel que la vida de un trabajador”, destacando el rol del Ministerio de Trabajo y de los diferentes intendentes. Pero, ¿qué hace el gremio frente a esta situación que presenta como un hecho consumado?

Como si fuera por arte de magia el gremio exclama “exigimos a las empresas que cumplan con los protocolos”, cuando en realidad las patronales privilegian la producción y en las fábricas no funcionan los comités de seguridad e higiene a pesar de figurar en los convenios colectivos. Por otro lado, exigir que se cumplan los protocolos que elaboran las propias patronales es poner a los lobos a cuidar el gallinero.

En cada fábrica debe elaborarse un protocolo “obrero” apropiado y esa debe ser la tarea de la comisión de higiene electa por los trabajadores que también lo haga cumplir.

Las condiciones laborales en la industria papelera son dominio completo de las patronales. Muy diferente sería si los trabajadores/as tuvieran participación activa en estos ámbitos que son estratégicos en los lugares de trabajo,   haciendo cumplir todas las medidas de prevención en higiene y seguridad teniendo autoridad para detener la producción. Mención aparte merece la lluvia de reclamos sobre la demorada paritaria salarial. El convenio de rama fabricación nuclea a todas las grandes empresas y multinacionales pero tiene los salarios convencionales más bajos rozando salarios de pobreza.

Por comisiones obreras de seguridad e higiene con poder para detener la producción si no se cumplen los protocolos obreros; licencias a todos los casos estrechos sin afectar el salario. Asambleas de trabajadores y plenarios de delegados para defender el salario y las condiciones laborales.