Sociedad
14/11/2023
Inflación de octubre
¿A qué se deben las subas exorbitantes del arroz, los fideos y la lechuga?
Comprar alimentos básicos es cada vez más costoso para los trabajadores.
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Crece la carestía.
Alimentos básicos como el arroz, los fideos guiseros y la lechuga tuvieron aumentos siderales durante el mes de octubre, perjudicando el bolsillo de las familias trabajadoras. Es fruto de una producción alimentaria dominada por el agronegocio, receptor de numerosos incentivos por parte del gobierno.
Según los datos en Indec, en octubre, el arroz subió 35,6%, alcanzando un precio de góndola de aproximadamente $789,18. Esa disparada se debió a una merma en la producción, a la concentración económica de esta rama y al traslado de los beneficios extra obtenidos a la hora de exportar al mercado interno. Por un lado, en la campaña 2022/2023, la superficie sembrada de arroz se redujo 8,88% respecto a la campaña 2021/2022 y la cosecha fue 25% menor. Esto se debió principalmente a la sequía, y, en segundo lugar, a los incendios sufridos en el Litoral (zona en la que se cultiva el arroz).
Ahora bien, la cantidad de productores de arroz viene en declive desde hace tiempo: según un informe elaborado por la Facultad de Agronomía de la UBA, en 1990 había 600 productores, y, en la actualidad, ese número bajó a 170. El copamiento del monocultivo de soja incidió en esta caída, puesto que, como la comercialización de la oleaginosa se fue volviendo más rentable, muchos productores de arroz se pasaron a ese cultivo o decidieron arrendarle su campo a los pooles sojeros.
En paralelo, se ha concentrado la producción en menos manos. Hoy en día, el 10% de los productores más grandes producen casi el 70% del arroz del país. A su turno, los primeros ocho productores acaparan 91.000 hectáreas de las 200 mil totales. Esta posición monopólica explica que, mientras prima el faltante de arroz en los comercios minoristas -impactando en los precios-, “los silos están llenos” (Perfil, 15/10), dado que los dueños del cereal especulan con mayores aumentos.
Otro factor que está detrás del encarecimiento del arroz es el traslado de los precios internacionales en alza al mercado local. A nivel mundial subió el precio de dicho grano debido a que los principales países productores (China, Pakistán e India) se vieron afectados por inclemencias del clima, y, además, India implementó un arancel del 20% a sus exportaciones de arroz. Cabe destacar que Argentina exporta alrededor del 37% de su producción; ventas al exterior que se mantuvieron inalterables durante la temporada de sequía generando escasez en las góndolas criollas -lo cual, como mencionamos en el párrafo anterior, también influyó en la suba de los precios internos.
El gobierno, lejos de defender el bolsillo popular, añadió nuevos estímulos para la exportación. El complejo arrocero se vio beneficiado por la quita de retenciones a las economías regionales, y, a fines de octubre, comenzó a liquidar el 25% de sus exportaciones a la cotización Contado Con Liqui, tras el anuncio de Sergio Massa que incluía a todos los exportadores. Lo mismo podemos decir del trigo, que, entre tanto las cerealeras gozan de un dólar preferencial cuando lo venden al exterior, los fideos guiseros sufrieron un incremento del 32,1% mensual en el mercado interno, llegando a costar $516,94 el paquete de medio kilo.
Por su parte, el kilo de lechuga aumentó 40,7% en octubre (alcanzando los $804,03) a causa de la reducción en la oferta, como resultado de las dificultades climáticas que padecieron los productores del cinturón frutihortícola de La Plata. Como vemos, el gobierno colma de prebendas al agronegocio -porque su prioridad está puesta en recabar divisas para pagarle al FMI-, a la vez que abandona a su suerte a los pequeños productores, dejándolos a merced de cualquier fenómeno meteorológico.
En ese sentido, el incremento exportador asentado en estímulos oficiales, que prometió Massa en el debate presidencial como supuesto remedio a los problemas económicos que aquejan al país, no solo no revertirá la crisis de reservas (considerando que el superávit comercial obtenido en 2021 y 2022 se evaporó con la fuga de capitales), sino que agravará la inflación en alimentos, afectando a la población trabajadora.
La orientación gubernamental al servicio del capital agrario está devastando la mesa de los argentinos. Necesitamos nacionalizar bajo control obrero el comercio exterior, la tierra y la industria alimentaria para que se anteponga el plato de comida del pueblo por sobre las ganancias de un puñado de capitalistas.
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