“Otra vez la (in)justicia riojana avanza contra los derechos de la niña y la madre: amenazan con buscarlas por la fuerza pública para entregar a la niña al entorno del abusador y a su progenitor entregador denunciado por intento de femicidio”. Esto denuncia el comunicado de urgencia que pertenece a la red de personas y organizaciones que viene acompañando a Delfina y a la niña Arcoiris ante la brutalidad del Estado, que insiste en revincular a la niña con su abuelo abusador. Este viernes 30/9 movilizamos a la casa de La Rioja a las 15 hs.

En un nuevo atropello de parte del gobierno de La Rioja y de su justicia digitada y amañada, la Cámara 4ta en lo Civil de la Pcia. de La Rioja, que vulnera abiertamente los derechos de la niña, ha ordenado revincular a la niña abusada con sus abusadores, el progenitor y su abuelo, por la fuerza pública.

Aunque Delfina pidió ayuda al Ministerio de las Mujeres, la ministra se negó a apoyarla tanto en el plano judicial presentando un amicus como en el plano político reclamando el cese de las torturas. Esta institución ha llegado muy lejos en la indefensión hacia las mujeres más vulnerables y en el plano del poder judicial, aunque hablan de una reforma feminista, dicho reclamo solo se refiere a modificar la justicia federal para que CFK se pueda desprender de sus causas judiciales y para usar el tema de la mujer para colocar personeras propias en una hipotética Corte Suprema ampliada, que como se puede ver, tengan el género que tengan no se disponen a defender a las mujeres que más lo necesitan. Este ministerio y el FdT no plantean ninguna modificación en la Justicia que más revictimiza a las mujeres como Delfina y Arcoiris, la de las provincias en manos de los capitostes provinciales y de la iglesia catolica.

Arcoíris es una niña de 6 años sobreviviente de abuso sexual infantil revictimizada por la justicia de La Rioja. El abusador denunciado por la niña es José “Kuki” Vergara, abuelo paterno de Arcoíris, Jefe de Despacho de la Secretaría de Justicia de la provincia de La Rioja. Él somete a tortura a la niña desde los 2 años, y sus abusos han sido referidos por la niña y constatados por los profesionales pertinentes. A pesar de que existen medidas de protección contra él, el impedimento de contacto es quebrantado por el progenitor de la niña, quien es cómplice y entregador. Cada vez que Arcoiris va su casa, al volver relata haber sido abusada una vez más. Para Arcoiris, volver a la casa de su padre es tortura, y ha expresado su deseo de no querer ir allí. Delfina, la madre protectora, respeta la decisión de la niña.

La mamá es la única persona que defiende a Arcoiris contra el infierno que padece, y que, como tantas madres protectoras, es perseguida por la justicia que protege y ampara abusadores. En tiempo récord, Delfina fue imputada por impedimento de contacto por proteger a su hija, pidiéndose su detención por parte de la fiscalía. Por ese motivo, hoy Arcoiris y Delfina están en peligro.

¡Basta de criminalizar el cuidado! Es inaceptable que Delfina vaya a la cárcel por ser una madre protectora. No puede permitirse el arrancamiento de la niña para ser entregada al progenitor imputado y al abusador. Es imperioso que la justicia deje de encubrir abusadores.