En la noche del sábado 29 de octubre, en los cruces de las avenidas Calchaquí, Dardo Rocha y Acceso Sudeste, más conocido como el Triángulo de Bernal (Buenos Aires), se produjo un nuevo caso de agresión y violencia de las fuerzas represivas. En esta ocasión los protagonistas fueron la policía bonaerense de Sergio Berni.

Luego de detener la moto en un control de tránsito, Débora y su pareja fueron fuertemente atacados verbal y físicamente por efectivos policiales. “Justo cuando estábamos llegando al triangulo de Bernal, de entre los autos sale un efectivo, que en ese momento no sabíamos que era policía porque no estaba con la ropa, sino que era un civil, con la escopeta. Sale de entre los autos a los gritos. Ya estaba casi encima de nosotros. Me pateó a mí la pierna para tirarnos de la moto, lo cual mi pareja logró evitar y hacer unos metros para orillarse porque había autos”, relata la joven. Acto seguido al grito de “si yo te digo pará, pará” y “cállate la boca, sucia. Ahora vas a aprender” golpearon a Débora y tiraron al suelo a su novio.

Un policía le pegó un cachetazo a una mujer en un control policial en Quilmes. "Callate la boca sucia, ahora vas a aprender". pic.twitter.com/bfhvkXXVSz

— Facundo Muñoz (@FacundoNoticias) October 30, 2022

No fue un hecho aislado de un policía loco. Todos los integrantes del retén participaron del acto violento, apuntando con sus escopetas a los jóvenes, desarrollando un acto de intimidación.

En un contexto donde se quiere volver a poner en debate la “utilidad” de las pistolas electicas Taser, este nuevo suceso demuestra que la doctrina Chocobar sigue vigente. El ataque represivo al pueblo trabajador, y especialmente a la juventud, por parte del aparato represivo del Estado, no tiene grietas ni divergencias entre PJ y Cambiemos.

La agenda se iguala entre Vidal-Bullrich y Kicillof-Berni. Así lo demuestra un informe presentado por la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), esgrimiendo que “solo entre 2016 y 2021 hubo un total de 1.634 homicidios, de los cuales 436 son asesinatos de gatillo fácil y 1.198, entre asesinatos y fallecimientos por distintas razones, correspondientes a personas detenidas”.

El silencio de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza (Todos-PJ), en un suceso tan violento la ubica en una posición de complicidad. Quien calla otorga.

“Acá la cana hace lo que quiere. Todos los fines de semana, en la zona de los boliches bailables, se llevan al pibe o la piba que quieran. Y adentro de la comisaria no quiero imaginar lo que les hacen”, relata Sergio, vecino de Bernal.

Fuera Berni. Por la investigación y remoción de los responsables de la agresión. Para terminar con el gatillo fácil, la represión y abusos de las fuerzas policiales, es necesario el desmantelamiento del aparato represivo. Por el control de las fuerzas de seguridad por parte de organismos de derechos humanos, vecinos y trabajadores.

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