Sociedad

15/8/2013|1281

Atucha II: más de 30 años de obra y sin generar energía

Equipo de profesionales

Quizás algún día la central de Atucha II se termine, más de 25 años después de la fecha proyectada. Puede que produzca electricidad y en tal caso, sin dudas, generará residuos radioactivos. Probablemente se dirá que es una energía barata y limpia, sin considerar los enormes costos originados por las demoras, y las pérdidas ocasionadas por una inversión mantenida ociosa durante 30 años. Tampoco se computará en el debe la gran cantidad de accidentes ocurridos durante la construcción, las costosísimas actualizaciones que se hicieron y el gasto que implicará la clausura.


El proyecto Atucha II se adjudicó en plena dictadura militar a la empresa Siemens. Fue la oferta más cara de la compulsa y consistió en un segundo prototipo, que sería realizado por una empresa mixta formada por la CNEA y la división nuclear de Siemens. La oferta comprendía una inversión cercana a los 2.800 millones de dólares y la duración del proyecto sería de seis años, o sea que tendría que haber estado terminada en 1986. No fue así. Al final de la década del ‘80 luego de varias marchas y contramarchas, y con un gran porcentaje de los componentes en el lugar de emplazamiento, incluyendo al propio recipiente del reactor, uno de los más grandes del planeta, la obra se detuvo.


A mediado de los 90' la empresa constructora fue disuelta. La CNEA se escindió en tres partes y una de ellas, la Nucleoelectrica SA quedó a cargo de las centrales nucleares. A pesar de los esfuerzos de Menen por privatizar la empresa, no hubo capitales interesados. No quisieron hacerse cargo de los combustibles quemados y el conjunto del pasivo ambiental remanente.


Recién en 2006, el gobierno de Kirchner dispone de fondos para reactivar el proyecto, y promete finalizar la construcción hacia 2010. Aunque se convocaron a muchas empresas, se destinaron enormes recursos, que superaron las previsiones originales de todo el proyecto, y se mantuvieron en obra más de cinco mil trabajadores, no pudo cumplirse con este plazo.


Durante estos años Atucha II ha sido una fuente de negociados que favorecieron a Electroingeniería, Masoero, Techint y demás empresas amigas y también a los funcionarios de la Unidad de Gestión, que ha contado con la complicidad del sindicalismo de la Uocra. Mientras tanto, se generan eventos y anuncios con la finalidad de obtener rédito político. La colocación de la tapa del reactor, el giro de la turbina y alguna de las bombas de agua de río, la carga de combustible y alguna prueba de presión fueron "acontecimientos" impuestos a presión que ocasionaron gastos, daño a los equipos y accidentes laborales.


Al tiempo que los países que han desarrollado en forma pionera estas tecnologías continúan mirándola críticamente, y en algunos casos desisten de ella, este gobierno, en forma inconsulta, continúa declamando que se basará en ellas para la generación de energía de los próximos años, sin haber sido siquiera capaz de concluir con la tarea pendiente de poner en marcha Atucha II.