Sociedad

22/11/2020

NEGOCIOS

Bahía Blanca: el gobierno municipal usurpa el espacio público

Defendamos la Plaza de la Resistencia y la Memoria.

Meses atrás, tomó estado público un proyecto del gobierno de Héctor Gay (Juntos por el Cambio) de intervenir y reformar por completo la Plaza de la Resistencia y la Memoria (también llamada Plaza del Sol), tradicional espacio verde del centro de la ciudad, de gran valor político y cultural para el pueblo bahiense y que, sin embargo, ha sido históricamente abandonado a su suerte por los distintos gobiernos municipales.

Entonces, ¿de dónde surge este repentino interés? Por un lado, el gobierno presenta una propuesta de reforma de la mano de varias empresas, que se financiaría tomando un crédito en dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Por otra parte, el Grupo Empresario Bonacorsi, siempre de aceitados vínculos con los gobiernos locales, se encuentra impulsando un proyecto alternativo. Allí, se propone financiar la reforma de la plaza planteada por el Municipio, sumada a otras intervenciones en el espacio circundante, a cambio de la construcción de cocheras subterráneas, cuya exclusividad en la explotación quedaría en sus manos durante un plazo de 50 años.

Es así como esta semana se precipitaron los hechos, luego de que ingresara al Concejo Deliberante un informe de factibilidad realizado por los inversores detrás del negocio de las cocheras. En la nota que lo acompaña piden que el proyecto sea tratado con “la mayor premura”, por lo que rápidamente el oficialismo lo incorporó al orden del día de la sesión del Concejo Deliberante, para el próximo jueves 26/11.

Como no podía ser de otra manera, el informe presentado por los inversores es un cúmulo de supuestos “beneficios” que traería a la ciudad la concreción del proyecto, cuyo objetivo excluyente es hacerse de la explotación de las cocheras debajo de la plaza durante 50 años, plazo luego del cual la propiedad pasaría al municipio. De aprobarse, significaría la completa destrucción de la plaza y la remoción de las especies vegetales existentes, quedando como consecuencia una plaza seca, sin la posibilidad de incorporar nueva vegetación. Esto constituye uno de los principales problemas, dado que Bahía Blanca se caracteriza por una notoria escasez de espacios verdes, que según estudios constituyen 3,49 m2 per cápita, mientras que la OMS “fija como óptimo 15 m2 de espacios verdes por habitante y un mínimo de 10 m2” (La Nueva, 18/9/2016).

Otro elemento que surge de este proyecto es la problemática del tránsito. De la política del gobierno municipal se desprende un desaliento del uso del transporte público, con tarifas que no paran de “actualizarse” frente a salarios completamente deprimidos. La consecuencia inevitable es el incremento en el uso de autos y motos. El proyecto privado implica eliminar boxes de estacionamiento que serían compensados por los espacios en la cochera subterránea. El caos vehicular propiciado por las propias políticas del Estado termina siendo utilizado por los inversores y el gobierno municipal como uno de los justificativos del negocio privado.

La necesidad de movilizarse

Por su parte, la idea de avanzar sobre un espacio histórico de la ciudad, de valor social, cultural y arquitectónico, motivó la autoconvocatoria de vecinas y vecinos que comenzaron a reunirse en la plaza para organizarse y exigir su puesta en valor y protección de cualquier intento de destruir el patrimonio público de la ciudad. Por estas horas están convocando a distintas medidas urgentes en defensa de la plaza y han presentado un proyecto propio para la puesta en valor de la plaza, que por el momento fue completamente ignorado por el municipio.

Bahía Blanca cuenta con una cantidad enorme de tierra ociosa, un déficit habitacional estimado en 13.000 viviendas y una completa ausencia de obra pública que busque darle una solución a estos problemas que sufren miles de familias trabajadoras. En contraposición, el gobierno municipal aparece como el primer usurpador del espacio público, viabilizando diferentes formas de ocupación de espacios verdes por parte de intereses privados. Lo podemos ver a diario con restaurantes y bares avanzando con estructuras permanentes sobre las superficies de parques y veredas. Así, el proyecto de las cocheras es un salto más en esta política de abandono del espacio público para ser entregado en bandeja a los intereses capitalistas.

Es necesario que el próximo jueves, a instancias de la sesión del Concejo Deliberante, los y las vecinas nos movilicemos en defensa de este espacio público.