Beckham, dejá de robar
Seguir
El pase del futbolista inglés David Beckham del Real Madrid a Los Angeles Galaxy de los Estados Unidos, conmovió a la prensa mundial. La transferencia echa mucha luz sobre hasta dónde llega el fabuloso negocio del fútbol.
Beckham es un hombre en su ocaso futbolístico (31 años) que hizo 19 goles desde julio de 2003 en 148 partidos en el Real Madrid; ni siquiera jugó en forma permanente en la última temporada. Pero se ha alzado con el contrato más grande de la historia del fútbol: percibirá 248 millones de dólares por cinco temporadas en un club desconocido internacionalmente.
Como no podía ser de otro modo, grandes multinacionales están detrás de este gran negocio. Lo que menos importa es el fútbol. En 2003, su pase al Real Madrid por 41 millones de dólares, puso al descubierto las grandes ganancias que se acumularían por negocios extrafutbolísticos. Más de 50 millones de dólares fue lo que recaudó el inglés por derechos de imagen, de los cuales el Real Madrid se llevó la mitad. Las autoridades del Madrid señalaron que “desde su llegada, la entrada de dinero al club aumento el 35%” (El País, 14/1). ¿No hacía goles? ¡Qué importa!
Adidas, Siemens, Telefónica, Audi y Pepsi unieron su imagen a Beckham en este multimillonario negocio. Ahora Adidas ató con Gillette un nuevo acuerdo para seguir lucrando con el nombre del inglés en 160 países. Detrás del casi anónimo Los Angeles Galaxy está el Anschutz Entertainment Group, un conglomerado de grandes empresas que regentean los espectáculos musicales en los estadios de hockey y de fútbol en los Estados Unidos. El grupo yanqui quiere repetir, en una versión futbolísticamente devaluada, la experiencia del Madrid, abriéndole el paso a Beckham al “mundo del espectáculo” yanqui.
Los argumentos de la compra son sólo de marketing, ni siquiera se habla de una mejora futbolística del nuevo club. Como decía Al Pacino en “El padrino”, “no es personal, son sólo negocios”. “Fuentes cercanas señalan que el acuerdo con el mediocampista británico incluye entre el 40% y el 50% por ventas de camisetas del equipo, participación en las ganancias del Galaxy y un salario anual en torno a los 10 millones de dólares. El valor total incluye oportunidades comerciales en Estados Unidos que podrían superar los 250 millones de dólares” (Wall Street Journal, 12/1). A los 31 años, Beckham sólo puede ser competitivo en el “soccer”. “Beckham no quiere terminar su carrera como futbolista de segunda. Yendo a EEUU va a retirase en la cima” (ídem).
La venta de Beckham cierra un período de increíbles ganancias del Madrid. El equipo llamado “galáctico” fue una asociación de nombres y empresas para explotar derechos comerciales de imagen. Lo hicieron con Ronaldo, con Zidane, Roberto Carlos y con Figo, todos ellos en su ocaso futbolístico. Llevaron grandes fortunas para las arcas del club, pero el negocio se terminó porque el fracaso deportivo fue estrepitoso. Como dice la hinchada, “estaban robando”.
Para el Madrid se acabó la explotación de grandes nombres. Ahora viene el “ajuste” y pelear campeonatos con “mano de obra barata”. Las compras de Gago y de Higuaín, dos promesas del fútbol argentino, son sólo un par de vueltos en las fabulosas negociaciones galácticas.