Sociedad

30/4/2014|1312

Cantero: el agotamiento de una experiencia

EXCLUSIVO DE INTERNET



El 18 de diciembre de 2011, día en que Javier Cantero asumió como presidente de Independiente, parece haber pasado hace décadas. El entonces presidente electo por la lista “Independiente Místico” ganó las elecciones con un arrollador 60%, con una campaña centrada en el rechazo a la barrabrava y el saneamiento de las cuentas de un club que se encontraba virtualmente quebrado. Bajo el lema “Los socios presidentes”, Cantero contó con el apoyo durante su campaña de un amplio sector de socios e hinchas que nunca habían participado en ninguna agrupación. Una campaña “desde abajo” que se enfrentó al aparato gigantesco de “Cacho” Álvarez (el pejotista de Avellaneda, que contó con el apoyo del gobierno nacional, de la provincia, de Moyano, de Barrionuevo y de la banda de “Bebote”), quien sólo obtuvo el 35% de los votos. Cantero se reunió en dos oportunidades con el entonces jefe de Gabinete nacional y con funcionarios del gobierno provincial. En una de esas reuniones, Cantero afirmó que “El gobierno está muy comprometido en solucionar esto, no sólo en palabras, sino con medidas concretas” (La Política Online, 8/5/2012). Cantero no desconocía las íntimas relaciones entre las barras, la policía y el poder político en sus variantes nacionales y provinciales. Poco a poco, Cantero dejó de apoyarse en los socios y los hinchas, para comenzar a depositar esperanzas en una solución de parte del gobierno nacional, e incluso de la AFA. A principios de 2013, agobiado por la situación futbolística, Cantero decidió poner un freno a la lucha contra las barras, situación que produjo la renuncia de Florencia Arietto, jefa de Seguridad del club. Finalmente, el descenso, la deplorable situación económica del club -e incluso la posibilidad de no ascender este año- llevaron esta experiencia a su etapa final. Antes de irse, Cantero intentó negociar con los que, de la mano de Comparada, vaciaron el club durante años para conseguir aportes económicos para poder abonar sueldos, primas, deudas, etc. Los que se fueron repudiados en 2011, aparecieron ahora como los salvadores del club, con el aval de Cantero. La no concreción del acuerdo, los idas y las vueltas, el desastre futbolístico y el fortalecimiento de la barra llevaron a que Cantero renuncie a su cargo el pasado 23 de abril. La única forma de acabar con las mafias de las barrabravas y los negociados alrededor del fútbol es dar una batalla que enfrente también a la policía, la dirigencia de la AFA y el poder político, todos ellos cómplices de las barras. Esa complicidad fue dejada al desnudo por la incansable lucha por el juicio y castigo a los asesino de Mariano Ferreyra. Esta tarea debe recaer en los hinchas y los socios, nunca depositando esperanzas en el poder político como hizo Cantero. La lucha por que el fútbol sea apropiado por los verdaderos hinchas y las barrabravas sean barridas por completo, s puede fortalecerse y triunfar con una movilización política en todos los niveles.