Sociedad

25/8/2022

Completar el álbum del Mundial cuesta más de $30.000

Inaccesible para las infancias sumidas en la pobreza.

Figuritas de la Copa del Mundo 2022

Este año, lxs niñxs que viven en la pobreza difícilmente puedan completar su álbum de figuritas del Mundial Qatar 2022, ya que hacerlo insume un gasto superior a los $30 mil. Como vemos, las desigualdades propias de la sociedad capitalista determinan sin dudas cómo cada infancia vivenciará este evento futbolístico y qué grado de privaciones deberá afrontar.

Los precios en el rubro aumentaron hasta un 1.200% en cuatro años. Comprar el álbum hoy cuesta $750 y $150 cada paquete de figuritas. Esto, cuando la miseria y el hambre se extienden sobre nuevas capas de la población. Así las cosas, las expectativas que genera el Mundial en millones de jóvenes del país estarán mediadas por un sinfín de dificultades económicas.

Una realidad que, para muchxs, teñirá de frustración el momento de intercambiar figuritas con los pares, el de pasar por el kiosco, ver los paquetes a la venta y no poder llevarse ninguno. Una frustración particular, la de darse cuenta que sus anhelos -y los incentivos de consumo alrededor de ello- chocan con su condición material, que el nivel socioeconómico del hogar donde les tocó nacer influirá enormemente en sus experiencias vitales, y, que, en definitiva, no importa cuánto admiren a sus ídolos futbolísticos o cuánto disfruten de practicar ese deporte, para plasmar esa afición en un álbum hay que tener más plata de la que tienen. Según Unicef, “el juego sienta las bases para el desarrollo de conocimientos y competencias sociales y emocionales clave. A través del juego, los niños aprenden a forjar vínculos con los demás, y a compartir, negociar y resolver conflictos, además de contribuir a su capacidad de autoafirmación”. Coleccionar figuritas es sin dudas una actividad lúdica tan importante como otras, la cual, sin embargo, algunas niñeces no pueden desarrollar plenamente porque impera el ánimo de lucro empresarial.

En este caso, el de la compañía New Rita S.A., que tiene la licencia oficial de Panini en Argentina, la multinacional italiana (hoy propiedad del grupo Fineldo) que, en asociación con la Fifa, acapara el negocio de las figuritas de las Copas del Mundo desde 1970. Sus ganancias se multiplican torneo tras torneo; sin ir más lejos, en Rusia 2018 la facturación superó los USD 1.000 millones.

Como siempre, unos pocos se llenan los bolsillos con las ilusiones de nuestrxs pibes. Exacerban mediante el marketing el interés del conjunto de la población por determinados artículos que producen, pero que, a la hora de adquirirlos, algunos pueden y otros no. En el Mundial se ve nítidamente este mecanismo perverso propio de una sociedad dividida en clases y lo que ocurre con las figuritas es tan solo un botón de muestra.

Pero también hay que decir que las infancias cavan trincheras, existe una dimensión del juego en la que el mercado no pasa, que no puede opacar, que se sobrepone a las penurias cotidianas. Lxs chicxs corren, “potrean”, recrean mundos con su imaginación, resisten contra un régimen social que se empeña en vulnerarlos. Por eso debemos transformarlo, para que esa libertad que vive unx niñx mientras juega se replique en todos los ámbitos de la vida.

 

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