El consumo de artículos vinculados al Mundial de Qatar 2022, como televisores, indumentaria deportiva y cotillón, cayó en comparación a 2018, cuando se jugó la Copa del Mundo en Rusia. Como vemos, la creciente caída real de los ingresos impacta de lleno en el bolsillo de los hinchas.

Un estudio realizado por la Federación de Comercio e Industria (Fecoba), a partir de relevar 60 centros comerciales de la Ciudad de Buenos Aires, arrojó que la venta de televisores se halla un 30% por debajo de los niveles de 2018. Por su parte, se registró una baja del 20% promedio en la venta de camisetas e indumentaria oficial vinculada al campeonato, y, como contrapartida, un incremento en la compra de camisetas de la Selección Argentina que no son originales. A su vez, los comerciantes aseguran que aún no se ve movimiento en el rubro cotillón con temática del Mundial.

Lo cierto es que los productos ligados a este evento deportivo se ven envueltos en un espiral inflacionario. A modo de ejemplo, el precio de la camiseta oficial aumentó un 931% respecto al Mundial pasado (pasó de $1.649 a $16.999 en la actualidad). A su vez, si calculamos los precios al dólar oficial, veremos que en 2018 la camiseta valía U$S 64,50 y este año está en U$S 107,46. Un negocio redondo para Adidas, que espera comercializar 1.850.000 unidades en Argentina (Chequeado, 11/11).

Así las cosas, en 2018, un Salario Mínimo Vital y Móvil alcanzaba para comprar cinco camisetas y ahora solo cubre el precio de dos camisetas. Una disminución del poder de compra del 51,14%  entre ambos torneos. Lo anterior también encuentra explicación en los sucesivos aumentos de indigencia del S,M,VyM fijados por el gobierno, las cámaras patronales y la burocracia sindical.

Los mismos responsables de dar lugar a un reguero de paritarias a la baja, consagrando una caída del salario real del 16,15% entre julio 2018 (mes en el cual se celebró el Mundial de Rusia) y el último dato disponible de septiembre 2022, según el Indec. A esto se le suman las remarcaciones constantes que realizan las empresas que lucran con dicho evento futbolístico.

Como vemos, pasan los campeonatos y los trabajadores padecemos cada vez más privaciones, las cuales corresponde enfrentar ganando las calles.