Sociedad

29/4/2010|1126

Desde Uruguay: el fallo no cancela la lucha


El fallo de la corte de La Haya establece la continuidad
de la pastera Botnia-UPM, aunque el gobierno uruguayo violó el tratado del río Uruguay. La
sentencia ‘salomónica’ indica que para los próximos proyectos de instalación
Argentina debe dar el visto bueno.

El fallo provocó la
reacción ‘patriótica’ oriental por parte de los representantes políticos de todos los
partidos, que juntos defendieron a la multinacional celulósica.

Es
que el proyecto de país ‘bananero’, exportador y monoproductor, se encuentra en
una línea histórica que atraviesa al Partido Nacional, al Colorado y al FA. Desde
hace por lo menos veinte años Lacalle y luego Sanguinetti-Batlle prepararon al
“Uruguay forestal”, base y materia prima de la instalación de las pasteras.
Tabaré -y el FA- comenzó a completar el círculo cuando se transformó en el
adalid de Botnia y de la entrada de los grandes capitales papeleros.

Una gran zona franca

Junto
a ello, también se promovió y extendió a Uruguay como una “gran zona franca”, o
al decir de Mujica “ni impuestos, ni nacionalizaciones”. Grandes beneficios
tributarios y exoneraciones para el capital, aunque los trabajadores uruguayos
sí tengan que pagar el IRPF.

Ninguno
de los políticos ‘patriotas’ ha defendido la soberanía nacional. Todo lo
contrario: las pasteras -y otras inversiones, como la minería – han colocado
nuestras tierras, recursos naturales y humanos en manos del gran capital.

Mientras
tanto, el Uruguay de las zonas francas sigue su marcha. “El ministro de Industria,
Roberto Kreimerman, señaló que nuestro país está en condiciones de poder
abastecer tres fábricas de celulosa y consideró que Uruguay está bien
posicionado para recibir la inversión de Portucel” (La República, 11/03).
Guardando la soberanía nacional en un cajón, afirmó que “el país está en
condiciones de abastecer con sus bosques a tres empresas papeleras, recordando
que este tipo de emprendimientos son rentables cuando se piensa en cantidades
importantes de producción. En ese sentido, las posibilidades son (…) de
abastecer sin problemas a UPM, a Arauco-Stora Enzo (…) Pero además, podemos
contar con una tercera empresa que, al parecer piensa en una inversión mayor a
las otras dos anteriores” (ídem).

La instalación de las plantas de celulosa va de la mano con la
concentración de tierra, en manos de latifundios forestales, en su inmensa
mayoría monopolios, bancos y fondos de inversión internacionales, y
de muchos capitalistas locales.

Además, el incentivo de la forestación impulsó el despoblamiento
del campo.

Mujica y Kristina

La ‘disputa’ entre los gobiernos de Argentina y Uruguay
no es de fondo. Argentina es el segundo comprador mundial de productos uruguayos. La
propia producción de celulosa en Argentina es insuficiente para abastecer a su
mercado local, por lo que deberá importar de… Botnia. Los capitales de uno y
otro lado del río necesitan estrechar, aún más, sus lazos comerciales.

El
Partido de los Trabajadores saluda y apoya la enorme movilización y los
piquetes de Gualeguaychú contra la pastera.