Sociedad
12/8/2025
Día de la niñez en la Argentina de Milei, con la panza vacía
4,3 millones de infancias padece inseguridad alimentaria.

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Creció la inseguridad alimentaria.
Milei, en uno de sus primeros actos de gobierno, decidió suspender la entrega de alimentos a los comedores populares, marcando el pulso de una gestión presidencial que, desde aquel momento a esta parte, seguiría mostrándose despiadada con la población más vulnerable, en favor de una minoría privilegiada. En las vísperas del Día de las Infancias, vale reflexionar sobre las consecuencias de dichas políticas sobre este grupo etario, dentro del cual cada vez son más los que pasan hambre.
Durante el primer año de gobierno de Milei, la inseguridad alimentaria en las infancias creció del 32,2% al 35,5%, mientras que la inseguridad alimentaria severa subió del 13,9% al 16,5%. Eso significa que cerca de 4,3 millones de niños, niñas y adolescentes han enfrentado dificultades para acceder adecuadamente a los alimentos, y, aproximadamente la mitad de ellos, ha padecido hambre. En ese sentido, aumentó la cantidad de chicos sumidos en la indigencia, pasando de 16,2% a 17,7% el porcentaje de aquellos que viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la canasta alimentaria.

Estas cifras alarmantes, relevadas por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, viene a desmentir el relato del oficialismo de que los ingresos populares habrían mejorado durante su mandato. Por el contrario, según los datos de Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate), desde que gobierna Milei, el bolsillo de cada trabajador registrado ha perdido, en promedio, $7,5 millones en el sector púbico y $2,5 millones, como resultado de las paritarias a la baja. Ni qué decir de los trabajadores informales, cuyos salarios están aún más alejados del costo de vida, o de los changarines que se la rebuscan todos los días para sobrevivir.
A diferencia de lo que sostiene Milei, la mayoría de las familias trabajadoras no llega a fin de mes y muchas de ellas se encuentran con enormes dificultades para darles de comer a sus hijos. El estudio de la UCA arroja que, en el nivel socioeconómico considerado bajo, el crecimiento de la inseguridad alimentaria en las niñeces ha sido más abrupto aún: pasó del 35,5% al 46,2% entre 2023 y 2024; y del 13,9% al 21,2% si hablamos de inseguridad alimentaria severa. Lo anterior grafica la realidad desesperante que se vive en los barrios precarios de nuestro país, agravada por la decisión del gobierno de desabastecer a los comedores comunitarios a los cuales acuden esos pibes para recibir un plato de comida.
De un año a otro también escaló el porcentaje de niñxs que no asiste a la escuela primaria o lo hace con sobreedad. El déficit en este nivel educativo ascendió del 9,6% al 14,8% en el primer año de gestión libertaria, con lo que cada vez más chicos se ven privados de los pilares fundamentales para la construcción del aprendizaje, como la alfabetización. Esta situación está íntimamente relacionada con las carencias económicas; sin ir más lejos, según el Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, 2 de cada 10 estudiantes (20,2%) que cursan sexto grado de primaria faltan a clases debido a la necesidad de colaborar en las tareas domésticas, cuidar familiares o trabajar para llevar dinero a sus hogares.

Como vemos, las políticas gubernamentales despojan a lxs niñxs y jóvenes de los derechos más básicos, como el acceso a la comida y a la educación. También pisotean el derecho a la salud de esta franja etaria, como lo muestra el desfinanciamiento estatal al Garrahan, el hospital pediátrico más importante del país, o la determinación de Milei de dejar sin sus terapias a aquellos que tienen alguna discapacidad, vetando la emergencia que había sancionado el Congreso.
En cambio, la defensa de las niñeces proviene únicamente del pueblo, que sale a la lucha contra tantos atropellos, como ocurre con la huelga del Garrahan, con el movimiento piquetero que volvió al histórico Puente Pueyrredón a reclamar trabajo y alimentos, con los prestadores de discapacidad y las familias que ganan las calles contra el veto del presidente y con todos los trabajadores que se ponen de pie pensando en el bienestar de sus hijxs.
Así las cosas, el advenimiento del Día de las Infancias nos recuerda la importancia de organizarnos para derrotar a este gobierno, que mina con su rumbo de ajuste el porvenir de las nuevas generaciones.
